“Yo he hablado más de mi adopción de lo que la gente me ha preguntado porque les da reparo hacerlo. En España hay clasismo más que racismo. Y yo como española me incluyo”.- Ana Peleteiro

Atleta de élite muy activa en redes sociales, como cualquier joven de su edad. Opina sin pelos en la lengua y con sentido del humor  sobre  todo lo que considera importante,  porque quiere  y porque puede. Ha vivido tantas experiencias y situaciones difíciles que le dan un  peso  específico a su voz. Sus opiniones a veces le crean haters, aunque ni las críticas ni los halagos le afectan mucho. Ella misma se define como mestiza gallega, adoptada, mujer y que no se calla, como  medallista olímpica que hace triple salto y de vez en cuando un poco el bobo en la tele y en redes sociales.

Ana Peleteiro Brión nació en 1995 en Ribeira (Coruña) de madre gallega y padre desconocido. Su madre biológica la abandonó y fue adoptada por un matrimonio de maestrxs que le ha hecho muy feliz. Dice que son  una familia maravillosa y que le han dado  las mejores oportunidades que se pueden dar a una hija, las que su madre biológica seguramente no le hubiera podido dar “Mis padres no me adoptaron en Etiopía ni en Kenia. Mis raíces son gallegas, pero la mitad de mis raíces, ya se ve yo soy mulata, tienen que venir de África”. Le gustaría ir a África para conocer sus orígenes, aunque no tiene interés por buscar a su familia biológica “Siempre supe que era adoptada, pero mis padres no tenían más información y no podían contarme más”.

Ya de pequeña le gustó el deporte, primero hizo gimnasia y después atletismo, en el que fue muy bien acogida desde el colegio " porque era la hija de la profesora y porque era la negra que más corría”.  Como no se le daba nada mal, pronto empezó a competir a nivel nacional   y en competiciones españolas lo ha ganado casi todo. Ha sido campeona de España en sub-16, sub-18 y en sub-23, tanto al aire libre como en pista cubierta, en triple salto, y a veces también en salto de longitud “Mi padre me apuntó a atletismo porque podía tener las mismas oportunidades que un hombre. Las atletas no cobran menos, no tienen menos repercusión, ni se las valora menos. Me encantaba el fútbol y era la mejor en el colegio, pero no iba a tener las mismas oportunidades”.  A nivel internacional ha representado a España en numerosas ocasiones con diferentes resultados. Destacamos que en 2012 fue campeona del mundo junior, logro que le llevó a que al año siguiente le concedieran el premio Princesa de Asturias como mujer menor de 18 años que más ha destacado por su progresión deportiva.  En 2013 ganó una medalla de bronce en el campeonato Europeo sub-20. En 2018 quedó bronce en el Mundial de Birmingham. En 2019 logró el oro en el europeo de Glasgow y en 2021 la plata en el de Polonia. También en 2021 fue bronce en su primera participación olímpica, en las Olimpiadas de Tokio 2020, consiguiendo a su vez el récord de España "He cumplido uno de mis sueños, pero cuando salí de la pista ya estaba pensando en querer ser mejor. Creo que es la clave para continuar labrando un historial muy bueno. Cuando ya tienes algo, siempre quieres más. Es como una droga"

Ya hemos hablado de la increíble atleta Yulimar Rojas, que en Tokio ganó el oro pulverizando récords, gran amiga y compañera de Ana en el Centro de Alto Rendimiento de Guadalajara “He tenido mucha suerte de haber vivido algo así porque al final las medallas se olvidan y lo que quedan son los momentos. Estaré en la historia no por haber batido el récord, sino por haber estado ahí con ella y ser medallista olímpica".

Reconoce que después de la pandemia se dio cuenta de que estaba sufriendo una depresión y decidió tratarla con una coach “Que no catalogan tu depresión como tal. Te dicen que no estás bien y que vamos a trabajar para que vuelvas a ser tú y entiendas por qué estás así. Nos cuesta cuidar la cabeza. De saber que ayuda, habría ido a la psicóloga antes”. De hecho destacamos que salió mucho más preparada de este bache "Si los JJ.OO hubiesen sido en 2020, yo probablemente no hubiera llegado ni a la final. El COVID-19 ha sido algo malísimo, pero a mí profesionalmente me ha ayudado porque no vi como algo malo que los juegos no se celebrasen en 2020, sino como una oportunidad de llegar aún más fuerte".

Respecto a si ha sufrido racismo confiesa que no mucho gracias a que  ha crecido en un entorno favorable, "Rodeada de familia blanca la cosa cambia mucho. No te van a juzgar igual si vas con tus padres blancxs que si vas con tus padres inmigrantes”. No obstante Ana es muy crítica con los partidos políticos que incitan al racismo, lo que en más de una ocasión le ha granjeado detractores en redes sociales “A lxs niñxs que se sienten discriminadxs les diría que estén seguros de sí mismxs, que no tengan miedo del compañero de clase que se vaya a meter con ellxs. Que lo hablen con sus padres y profesorxs, pero sobre todo que no sientan vergüenza de ser quienes son. Que nada te cree un complejo porque los complejos no sirven para absolutamente nada”. Además, reflexiona sobre lxs deportistas europexs  “Si hablamos de una parisina nos saldrá la imagen de la chica blanca con la boina y la baguette debajo del brazo. Pero si hablamos del mundo del deporte son todxs negrxs. Países como Francia, Bélgica o Gran Bretaña nos ganan porque el mestizaje lleva muchos más años”.

Siempre ha dicho que quería ser madre joven, y por eso el año pasado decidió seguir adelante con su embarazo, a pesar de ser juzgada negativamente por ello en el mundo del deporte. A este respecto, Peleteiro  se cuestiona por qué a ella se la critica y  sus compañeros varones pueden ser padres sin problema “Quizá sea porque no se quedan embarazados. Pero es que, sinceramente, durante el embarazo se puede llevar una vida relativamente normal. Lo peor viene después con los cuidados del bebé”,  que, como Ana, entendemos que deberían de ser compartidos  “Yo no sería madre a menos de dos años de unos Juegos Olímpicos  con una persona que fuera un parásito. Yo quiero ser madre, quiero cuidar a mi hija y vivir la maternidad, pero también quiero ser madre y continuar trabajando”. Por supuesto, Peleteiro está a favor de la adopción y en contra de los vientres de alquiler “Si lo que quieres es ser mamá o papá y no puedes serlo de forma natural, adopta. En España hay cientos de niñxs en casas de acogida e internados esperando a que alguna familia les abra la puerta de su casa para tener una vida digna”.

En la generación de sus padres no era habitual hablar de sexo abiertamente con los hijxs, por ello cuando Ana, después de ver un programa de televisión en el que una chica contaba su experiencia de abuso sexual, se dio cuenta de que también le había pasado a ella con su anterior pareja, y no lo había conseguido identificar como tal. Al contárselo a sus padres no supieron gestionarlo “No entendían nada, porque nunca les había contado los problemas que había padecido durante esos cuatros años”. Así que  es consciente de que su hija lo tendrá más difícil que si fuera hombre, pero ha decidido que hablará de educación sexual con ella “Quiero tener con mi hija una relación muy abierta, que su casa sea el sitio donde más libre se sienta”.

Aunque prefiere pasar desapercibida, le encanta que la gente le diga que gracias a ella practica o ve atletismo. Esa es la parte positiva de su profesión “No me considero para nada un referente. Yo voy a lo mío al 100%. Intento hacer el mundo un poquito mejor, dentro de lo que yo opino que es un mundo mejor”. La negativa, que tiene que dar conferencias y asistir a eventos que a veces interfieren en sus entrenamientos “Puedo ser conocida, pero no soy ni más ni menos que el que me sirve el café o el director del banco. Sería absurdo creerme algo cuando no es realidad. No soy la mejor. Tengo que seguir  trabajando para que llegue ese momento en mi vida de ser la mejor en algo”.

Sus objetivos inmediatos son el Mundial de Budapest y las Olimpiadas de París 2024. Esperamos que el haber sido madre no le penalice en los entrenamientos y consiga su sueño de medalla. ¡Ojalá de oro!. Por ella no será, ya que hasta el día antes de parir, Peleteiro siguió entrenando.

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