“Sé, que a pesar de todo, cada vez que entro en el campo, cada vez que me designan para arbitrar un nuevo partido, es generalmente ‘una primicia’. Ahora forma parte de mi equipaje y de lo que llevo fuera del campo”.- Stéphanie Frappart.

Hay múltiples contradicciones en el pasado mundial de fútbol de Qatar, a nuestro entender bien llamado "mundial de la polémica o  mundial de la vergüenza". El hecho de que se celebrara en un país tan rico, pero con los derechos humanos en general bajo mínimos, y los de las mujeres en particular completamente anulados, hasta el punto de que legalmente se las considera inferiores a los hombres, nos causa una tremenda indignación y creemos que nunca se debería haber jugado allí. Bueno, pues en ese mismo país donde las mujeres tienen terminantemente prohibido hasta enseñar las piernas en público, por primera vez ‘se ha permitido’ a una mujer, occidental por supuesto, arbitrar un partido de fútbol y ser asistida por otras dos, todas en pantalón corto. Eso sí, experiencia y méritos les sobran. Esperamos que esto siga ocurriendo en sucesivas competiciones internacionales y no sea solo una maniobra de la FIFA para lavar su deteriorada imagen.

Stéphanie Frappart nació en 1983 en Le Plessis-Bouchard, población perteneciente al Valle del Oise, cerca de París. Desde bien pequeña estuvo en contacto con el fútbol, que practicó en el AS Herblay, pero con 13 años se sintió atraída también por el arbitraje, disciplina en la que ha ido subiendo por todos los peldaños del fútbol, tanto femenino como masculino “Jugué al fútbol, pero también quería aprender sobre las leyes del juego, así que comencé a arbitrar y continué jugando y arbitrando hasta los 20 años, cuando tuve que tomar una decisión. En ese momento, las estructuras de fútbol femenino todavía se estaban desarrollando, así que sentí que sería mejor para mí continuar como árbitra”. En Francia se curtió durante cinco años en la segunda división desde 2014 y después pasó a la Ligue 1, máxima competición en la que ha pitado muchos partidos. A nivel internacional, tuvo un papel protagonista en la Eurocopa de 2021 y en 2022 ascendió un nuevo peldaño arbitrando en un Mundial masculino. Aunque Nelly Viennot en 1996 fue la primera árbitra asistente del fútbol profesional francés, Stéphanie está llegando mucho más lejos rompiendo techos de cristal en el arbitraje, otro feudo machista, y va allanando el camino a otras mujeres "Creo que puedo inspirar a muchas mujeres a asumir más responsabilidades". Dice de ella Christophe Galtier, el entrenador del PSG, que pilota los partidos con maneras diplomáticas, una mirada, un gesto y el término preciso. No obstante, también tiene detractores.

Entrena muy duramente "Para ser árbitra es necesaria una preparación física diaria, que solo se detiene durante los descansos". Deja bien claro que tiene que pasar las mismas pruebas físicas que sus compañeros "Los jugadores no corren más lento porque la árbitra sea una mujer". Después, hay una parte técnica, es decir, todo lo relacionado con las reglas del juego. Antes de cada partido hace un análisis táctico de los equipos, para anticipar posibles escenarios. Cómo  juegan  a balón parado, por ejemplo "El objetivo es saber cómo evolucionar sobre el terreno y encontrarme en el mejor lugar para decidir”.

Es árbitra profesional desde 2010. Su primer partido Internacional fue en el Campeonato Europeo Femenino sub-19 de la UEFA en la temporada 2011-2012. Ha dirigido partidos de la Copa Mundial Femenina en 2015 celebrada en Canadá y en 2018 fue elegida para pitar en la final de la Copa Mundial de Fútbol Femenina sub-20 entre las selecciones de España y Japón en Francia. También en su país, dirigió la final del último Mundial Femenino entre Países Bajos y Estados Unidos.

Pero se la conoce más por ser pionera en arbitrar encuentros masculinos, siendo Stéphanie la primera mujer que pitó en la Ligue 1 en 2019. Además, después de más de 60 años de competiciones europeas de fútbol, Frappart fue elegida para dirigir la Supercopa de Europa masculina que enfrentaba a Liverpool y Chelsea, ese mismo año.  Al año siguiente continuó arbitrando partidos de competiciones europeas masculinas, destacando de esa temporada, un Real Madrid - Celtic de Champions en el Bernabéu. Declaró a la prensa que le han faltado el respeto en el terreno de juego pocas veces por ser mujer. 

En 2021 en una entrevista a la CNN afirmó que "Arbitrar un partido de Mundial sería el súmmum". Su sueño iba a hacerse realidad cuando fue seleccionada por la FIFA entre los 36 colegiados de esa competición "Necesito canalizar esta emoción". Y se tomó esta designación no como una cuestión de género, sino de capacidad "No soy una portavoz feminista, pero sí puede ayudar a mejorar las cosas en Qatar... espero que esta Copa del Mundo también ayude a mejorar la vida de las mujeres". Su compañero francés Clément Turpin, también seleccionado para ese Mundial, comentó que Frappart no está allí por ser mujer, sino porque ya ha estado en decenas de competiciones internacionales y ha demostrado sobradamente su alto nivel de arbitraje. Cosa que reiteró el mítico Pierluigi Collina, ahora jefe de árbitrxs de la FIFA “Para nosotros no hay hombres y mujeres sino árbitrxs oficiales. Se lo he dicho a ella: No estás aquí para cubrir un cupo femenino. Estás aquí porque es árbitra de la FIFA”.

En Qatar, ejerció como cuarta árbitra en el Polonia - México y en el Portugal - Ghana y, por fin, fue árbitra principal en el el Alemania - Costa Rica, un partido decisivo que acabó con la eliminación de la todopoderosa Alemania. Además, en esta ocasión estaría acompañada por otras dos compañeras como linieres, la mexicana Karen Díaz y la brasileña Neuza Back. Además de ellas, otras tres mujeres tuvieron cargos relacionados con el arbitraje en este Mundial: Salima Mukansanga de Ruanda, Yoshimi Yamashita de Japón y Kathryn Nesbitt de Estados Unidos.

Frappart, ha sido distinguida como Mejor Árbitra del Mundo por la IFFHS en dos ocasiones sucesivas, en 2019 y 2020.

Respecto a las diferencias entre el fútbol masculino y femenino comenta "Posiblemente, en los niveles inferiores haya diferencias más marcadas entre el fútbol masculino y el femenino. Pero en el nivel alto, en competiciones como en la Eurocopa o los Mundiales, no". También considera que no se deberían hacer comparaciones sino disfrutar de ambas categorías "Para mí, la adaptación es más bien a los estilos de juego, a la táctica de los equipos, más que a un fútbol que sería diferente de ser jugado por hombres o mujeres".

Stéphanie está a favor de todo lo que ayude a lxs colegiadxs en el terreno de  juego "Estamos abiertxs a todos los medios que permitan a lxs aficionadxs y a lxs espectadorxs comprender mejor lo que ocurre en el campo. Y quizá podamos añadir algunas declaraciones de la persona que arbitre en la comunicación con el VAR, por ejemplo".  Sin embargo, el VAR en el fútbol femenino brilla por su ausencia en prácticamente todas las ligas, existiendo solamente en Champions y competiciones internacionales. En la liga española mismamente, esta temporada hay un escándalo jornada tras jornada por errores clamorosos en el arbitraje. No entraremos en si las árbitras están más o menos formadas, pero claramente la implementación del VAR daría un salto de calidad enorme a la competición. Si todas se miran en el espejo de Frappart y las federaciones acompañan, ese salto estará asegurado.

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