“No puedo imaginar la vida sin un tablero de cuadros y figuras de madera, a veces silenciosas, indiferentes y monótonas, a veces elocuentes, temperamentales y marcadamente diferentes entre sí”. -Nona Gaprindashvili
El ajedrez es otro de los campos con escasa presencia femenina. Los primeros clubes de ajedrez femeninos surgieron en Países Bajos a mediados del siglo XIX y en cuanto algunas empezaron a destacar por su talento, surgió la opción de enfrentarse con hombres. No obstante, sería la Unión Soviética la primera en profesionalizarlo y en impulsar el ajedrez femenino, sobre todo después del campeonato de Leningrado de 1924. El primer torneo de ajedrez femenino organizado por la Federación Internacional de Ajedrez se celebró en 1927, mientras que ya en 1886 Wilheim Steinitz se había convertido en el primer campeón mundial. Y la primera campeona del mundo, Vera Menchik, fue una de las pioneras en enfrentarse a rivales varones con excelentes resultados, pero siempre sometida a burlas y críticas de sus compañeros y de la prensa.
Todo un referente en esa disciplina como Garry Kasparov declaraba en 2002 antes de su partida contra Judit Polgar ‘Ella tiene un talento fantástico para el ajedrez pero, después de todo, es una mujer’. Nos gustaría haber visto la cara que se le quedó después de que ella le venciera. Y eso que hay estudios que concluyen diciendo que la calidad del juego de las mujeres disminuye y cometen más errores cuando se enfrentan a un rival hombre. A pesar de su derrota, Kasparov siguió insistiendo ‘El ajedrez es una mezcla de deporte, guerra psicológica, ciencia y arte. Cuando se observan todos estos componentes, los hombres dominan’. Otro excelente ajedrecista, Bobby Fisher declaraba en 1962 a Harper´s Magazine ‘Todas las mujeres son débiles, no deberían jugar al ajedrez. Son como principiantes’. Con estos antecedentes, nos extraña poco que a día de hoy muchos ajedrecistas sigan considerando que el ajedrez es cosa de hombres. Solo aproximadamente el 2% del total de ‘Grandes Maestros’ son mujeres.
Nona Gaprindashvili nació en 1941 en Zugdidi, un pueblo de la república soviética de Georgia. Era la pequeña de seis hermanxs. Su padre fue profesor de contabilidad y su madre limpiadora. Fue su hermano mayor el que empezó a jugar al ajedrez y el que le inculcó el gusanillo. Además, le gustaban varios deportes, como el fútbol y el tenis de mesa entre otros “La pasión por el deporte me ha acompañado a lo largo de mi vida”. Con solo 5 años empezó a jugar al ajedrez, y un día que su hermano estaba enfermo, y no podía participar en un torneo, Nona le sustituyó venciendo a su rival, aunque este era mayor y con más experiencia que ella “Fue jugando contra los chicos, con quienes traté de no conceder en nada, donde se desarrolló y fortaleció mi carácter, ese orgullo femenino que me hace jugar en torneos masculinos y experimentar un placer especial de las victorias sobre el ‘sexo fuerte’”.
A los doce años le propusieron estudiar en una escuela de ajedrez en Tiflis, donde tuvo maestros de la talla de Mikhail Vasilievich Shishov o Aivar Gipsils, con quien se convirtió en campeona de Tiflis y de Georgia a la edad de quince años. En 1961, con 20, se proclamó la mejor del mundo y la quinta campeona mundial en la historia del ajedrez. Con ella empezaba la supremacía de las jugadoras georgianas “Siempre tuve un pensamiento dentro de mí: juego porque quiero pelear solo por los premios más altos”. Mantuvo este título durante dieciséis años, hasta que le fue arrebatado por su compatriota Maia Chiburdanidze. No es casualidad, ya que hay muchas mujeres ajedrecistas en Georgia. Esto se debe, según una curiosa tradición, a que la reina Tamara (1184-1213) era una apasionada del ajedrez y ordenó que en la dote nupcial se incluyera como regalo un tablero de ajedrez para la mujer. Esta costumbre ha hecho que Georgia sea una abundante cantera de maestras y grandes maestras del ajedrez a nivel mundial muchos siglos después.
Gaprindashvili, cinco veces ganadora de la Unión Soviética, juega con un estilo ofensivo y arriesgado de elaborada estrategia. Es una jugadora versátil y muy creativa. Ha participado en doce Olimpiadas de Ajedrez, en las que ha ganado once medallas de oro por equipos y nueve individuales. En 1978, después de su triunfo en EEUU fue la primera mujer que logró el título de Gran Maestro masculino con carácter vitalicio “Los hombres definitivamente se avergüenzan de perder ante una jugadora de ajedrez. Incluso si es la campeona mundial”. Muy ambiciosa y decidida, Nona ha contribuido al prestigio del ajedrez femenino y a hacerlo popular entre las niñas. Fue todo un símbolo en las décadas de los 60-70- 80 y jugadorxs de todo el mundo han estudiado y estudian con su trabajo. Son varios los reconocimientos que se le han otorgado a su brillante trayectoria: La medalla de Distinción Laboral en 1965, la Orden de Lenin en 1966, el título de Gran Maestra Internacional entre las mujeres en 1976. También fue la primera ganadora de un Oscar de Ajedrez entre las mujeres en 1982 y de la Orden de la Insignia de honor en 1985. En 1989 fue nombrada Presidenta del Comité Olímpico Nacional de Georgia. Entre los torneos masculinos que ha ganado se encuentran el Abierto de Estados Unidos en Long Pine, los torneos de Reggio Nelle Emilia y Wijk aan Zee, y los premios en Hastings y Luanda, entre otros.
Es madre de un hijo, que siempre la acompañaba a sus torneos. Hoy, ya adulto vive en Inglaterra y tiene su propia familia, a la que Nona visita siempre que tiene ocasión “Una mujer se casa, llega un niño. No importa como la ayuden, definitivamente requiere nervios, y el hombre se libera de todo. Experiencias, es simplemente imposible desconectarse de todo, golpes en la cabeza. Esto es básico. Entonces está bien que los Juegos Olímpicos y los Campeonatos del Mundo se celebren por separado”. Nunca ha dejado el ajedrez ni ningún otro deporte “En mis años de estudiante, e incluso cuando ya era madre, traté de no perderme mis partidos de fútbol, baloncesto, balonmano, voleibol y muchos otros deportes. Incluso he tenido éxito en un juego tan puramente masculino como el billar”. Cuando tenía 74 años participó en el Campeonato femenino de ajedrez de Europa celebrado en Georgia donde siguió dando lecciones de ajedrez. Ese año le concedieron la Orden de Excelencia de su país. Asimismo, el palacio de Ajedrez de Tiflis lleva su nombre. En 2019 Gaprindashvili ganó el Campeonato Mundial de Ajedrez Senior en la categoría de mayores de 65 años, celebrado en Bucarest.
Cuando el jugador de fútbol argentino Lionel Messi se enteró de que Nona es una ferviente admiradora suya, por su 80 cumpleaños no dudó en regalarle una camiseta “Este regalo fue una completa sorpresa para mí”. En la camiseta pone Nona, Feliz Cumpleaños. Leo Messi. “Esta camiseta tendrá un lugar especial en mi museo”.
En 2021 la primera Gran Maestro de Ajedrez del mundo demandó ante un tribunal de California a la plataforma de series y películas en streaming Netflix a causa de su exitosa serie Gambito de dama, que trata sobre una joven estadounidense que se convierte en una estrella mundial del ajedrez tras vencer al campeón del mundo. Nona considera que en la serie hay falsedades sobre ella que le han causado daño profesional. Al parecer en una frase se dice que Garprindashvili nunca se enfrentó a hombres, lo que no es cierto, puesto que en 1968, año en el que se desarrolla el episodio, ya había ganado a nada menos que 59, incluidos Grandes Maestros “Es una afirmación falsa, denigrante y sexista" En la denuncia se expone que se ha humillado a la única mujer real que se había enfrentado y derrotado a hombres en esa época, cuando es una serie que se suponía que tenía que inspirar a las mujeres. De hecho, un titular de The New York Times de ese año decía ‘La señorita Gaprindashvili vence a 7 hombres en un torneo prestigioso’. Otra de las inexactitudes que denuncia es que en la serie se habla de ella como ajedrecista rusa, cuando no es rusa sino georgiana. Hace unos días se hizo pública la sentencia y el tribunal ha fallado a su favor, condenando a Netflix a pagarle una cifra exorbitante de dinero “Estaban tratando de hacer este personaje de ficción que estaba abriendo el camino a otras mujeres, cuando en realidad yo ya había abierto el camino e inspirado a generaciones”.
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