“Hoy no va a llegar el fin del mundo. 100 años más de calentamiento global y entonces sí que llegará”.- Lisa Simpson

Este año se cumplen 33 años de la creación de la primera serie de dibujos animados dirigida a un público adulto. Allí estaba ella, con aspecto de niña de 8 años, pero con 41 de sabiduría encima. Icono feminista durante cuatro décadas, idealista, extremadamente inteligente, insegura o muy segura de sí misma según el momento, como todas, pero siempre buscando un mejor mundo para la humanidad. Es curioso que a veces caiga mal tanto a la gente de su universo como a la del nuestro. Nos preguntamos por qué mientras seguimos disfrutando de sus vivencias. 

Lisa Marie Simpson nació en 1981 en una de las treinta y cinco ciudades llamadas Springfield que se extienden a lo largo y ancho de los EEUU. Es la hija mediana de Homer, un hombre alcohólico que trabaja en una central nuclear y Marge, la clásica ama de casa con sueños frustrados. Su hermano mayor, Bart, es el típico niño problemático y mal estudiante. Su hermana pequeña, Maggie, es un bebé que podría ser una versión más joven de Lisa.

Como parece que el tiempo no pasa en Springfield, todxs mantienen la misma apariencia física, en su caso infantil, aunque sí ha desarrollado el intelecto y es capaz de opinar sobre los temas más candentes de la sociedad. Buena defensora de la ciencia, siempre reflexiona y se cuestiona todos los aspectos de la realidad en la que vive, intentando mejorarlos “Sea o no sea científicamente real, el alma es el símbolo de todo lo bueno que hay en nosotrxs”. De mentalidad progresista, se preocupa por el bienestar de la gente y por el medio ambiente. No es raro escucharla hablar sobre temas de ecología, religión, de la destrucción de la naturaleza por el hombre, o denunciando las injusticias  de la sociedad americana en la que vive. Le resulta complicado encajar con la gente de su entorno y eso provoca situaciones difíciles, tanto para ella como para sus interlocutores, que la mayoría de las veces acaban optando por rechazarla o ignorarla, lo que le ha generado situaciones de bullying y le ha convertido en la típica empollona impopular “¿Ser yo misma? He sido yo misma durante 8 años y no ha funcionado”.

Como es muy competitiva y con un gran desarrollo ético a veces es vanidosa y arrogante, creyendo que todo el mundo debería  pensar como ella. Siempre empeñada en intentar llevar a la gente de su ciudad hacia la razón y la cultura acaba, la mayoría de las veces, bastante frustrada.

Aunque  generalmente se lleva bien con su familia, es con su madre Marge con quien más comparte forma de ser, aunque ya esté resignada y haya perdido gran parte del idealismo. Cosa que no ha hecho la abuela paterna, Mona Simpson, que a pesar de su avanzada edad sigue siendo muy activista y un ejemplo a seguir para Lisa. Una vez Homer le dijo: “Lisa, ya sé que soy tu papá, pero cuando crezca quiero ser como tú”.

Como Bart es muy conflictivo, sus padres le prestaban más atención a él (y sus guionistas, que también le dedicaban más aventuras, ¿quizá por ser chico?), Lisa desde muy pequeña desarrolló sus propios hobbies leyendo, escribiendo un diario, tocando el saxo, siendo voluntaria y, sobre todo, estudiando mucho e incrementando su coeficiente intelectual de 159. Pero no deja de ser  una niña que también  juega con muñecas. En una ocasión tenía una muñeca Stacy Malibú que hablaba, Lisa le estaba dando una charla y se decepcionó mucho al comprobar que el juguete solo decía  frases de mujer objeto como “A mí no me preguntes. Solo soy una chica”. Lejos de obviar el tema, Lisa se propuso y consiguió hablar con la creadora de esa muñeca y le hizo ver  que ese tipo de juguetes puede hacer mucho daño a las chicas “Millones de niñas van a crecer pensando que esta es la manera correcta de actuar, pensando que no pueden ser más que adornos, cuya única meta es lucir bonita, casarse con un marido rico, y pasar todo el día en el teléfono hablando con sus igualmente amigas vacías de lo fantástico que es verse bonitas y tener un marido rico”. Así que le planteó  que su próxima creación tuviera la sabiduría de Sor Juana Inés de la Cruz, la agudeza de Simone de Beauvoir y el cuerpo de Michelle Pfeiffer. Otra vez, el director de su colegio separó las clases de matemáticas por género, afirmando que las niñas eran peores en esa asignatura, se hizo pasar por su hermano y se coló  en la clase de los chicos para demostrar que es la mejor en mates y que su género femenino no la limita en absoluto para ello “Girls just want to have sum”.

Aunque su deporte es la gimnasia rítmica, durante un tiempo se apuntó a hockey hielo, que también practicaba su hermano, haciendo un excelente papel y demostrando que también las niñas pueden ser buenas en deportes de contacto y fuerza “Antes de cantar el Himno Nacional me gustaría decir que el fútbol utiliza mal recursos que podrían servir para la educación y las artes”.

Ha sufrido las enfermedades mentales típicas de su  edad como un TCA al sucumbir al ideal del mundo perfecto por la presión social. Es más, su padre la inscribió en un concurso de belleza en el que quedó segunda. También tuvo depresión por sus ya mencionadas frustraciones “Pienso que nada tiene objetivo, todo seguiría igual si yo no hubiera nacido. ¿Cómo podemos dormir habiendo tanto sufrimiento en el mundo?”.

En política Lisa se muestra muy crítica con la corrupción. Como defensora de lxs más desfavorecidxs opina que todos lxs políticxs son cómplices y se ayudan entre ellxs, independientemente de a qué partido pertenezcan. Lxs imagina como los animales de Rebelión en la granja de Orwell,  gatos que se rascan la espalda unos a otros o cerdos que se alimentan de grandes cantidades de dinero y se limpian la boca con la bandera americana. Manifiesta que antes de sentirse orgullosx de una bandera, hay que plantearse cómo vive la gente del país. 

En su afán de cuidar la naturaleza y luchar contra la contaminación ambiental, Lisa se apunta  a recoger restos de chapapote de una playa si es necesario, se hace vegetariana, ecologista y sobre todo muy activista, como su abuela. Es una firme defensora de los derechos de los animales. En el colegio, plantea si es ético diseccionar un animal o comer carne en el comedor. Consecuencia de ello es que  haya desembocado en la religión budista, ya que, según Lisa, esta religión fundamenta sus valores en la razón y la vida sencilla, en la paz interior y la armonía con la naturaleza. Haciendo gala de una fina ironía critica el sometimiento de la iglesia al capitalismo, que convierte todo en una máquina de hacer dinero “Y esta será, bajo el poder del dólar una nación libre y justa para nadie”. Cuando el señor Burns, el hombre más rico de la ciudad y jefe de su padre, compra todos los medios de comunicación de Springfield para manipular la información, ella saca su propio periódico “Noticias Engañosas”. En el videojuego de los Simpsons, Lisa tiene el superpoder de aturdir a los enemigos con el sonido de su saxo y utilizar la mano de Buda para atacar con rayos.

Lo que está claro es que su mensaje no pasa desapercibido. Así, George W. Bush en 1992 criticó a la familia Simpson, mientras que Mariano Rajoy alabó a Lisa, dejando caer que Lisa pudiera ser su famosa niña, comentando "Ella tiene valores y además tiene futuro”. En 2001, Lisa ganó el premio especial de los premios Environmental Media, galardones con los que repetiría con ‘Lisa the Vegetarian’ por ‘Mejor Episodio de Comedia en Televisión’.

Pese a tener 8 años eternamente, hemos podido conocer diferentes versiones de su futuro: se graduó en la universidad dos años antes de lo que le tocaría, y consiguió ser presidenta de los EEUU después a Donald Trump, profetizando ya en el año 2000 que el magnate llegaría a la Casa Blanca 16 años después. Además, sería poliamorosa y bisexual, aunque acabaría casándose con Milhouse, el mejor amigo de Bart que llevaba enamorado de ella desde siempre, y con quien tendría una hija. Al ser un futuro modificable y viendo como su amigo arruinaba la vida de su hermana, Bart tratará de evitar esta relación.

Una cosa tenemos clara, Lisa continuará evolucionando e implicándose en toda lucha social que se precie mientras siga existiendo.

Comentarios