“Yo soy pianista, únicamente pianista, y me parece disparatado que nadie vea en mí sino a la artista que desea exteriorizar su vocación. Estoy en el ejercicio de un sacerdocio artístico”.- Pilar Bayona López de Ansó

En esa época en la que en España una vida daba para vivir una república, una guerra civil, una dictadura y una democracia, no debió ser fácil estar al día de todas las corrientes artísticas europeas, ya que cada país estaba inmerso en sus propios conflictos. Pero ella sola se las arregló para estudiar, desgranar, interpretar a su antojo y dar a conocer la música de compositores contemporáneos de todos los lugares y tendencias que le fue posible. Aunque cultivó muchas amistades masculinas, algo inusual en la época, en lo personal decidió permanecer soltera. Solo se le conoce un gran amor. Bueno… dos: la Música y el Piano. Aprender, practicar y perfeccionarse fueron sus únicos objetivos. 

Pilar Bayona López de Ansó nació en Zaragoza el año 1897 en una  familia acomodada formada por su padre, un profesor de ciencias exactas, su madre, una amante de la música, y dos hermanxs. Pronto vieron en Pilar un talento innato para la música y cuando a los 3 años empezó a tocar el piano por su cuenta, decidieron apuntarle a clases. Intérprete precoz, a los 5 años ya tocó en un festival benéfico y empezó a dar conciertos en actos similares. A los 10 lo hizo por primera vez en la Sociedad Filarmónica de Zaragoza con Tomás Bretón, que enseguida le organizó el primer concierto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Con 15 empezó su carrera profesional como concertista en recitales y orquestas. Esto le llevó a relacionarse con compositores de la talla de Villa, Usandizaga, Fernández Arbós, Joaquín Turina, Adolfo Salazar, Oscar Esplá, Jesús Guridi o López Chavarri. También realizó una gira con el violinista Juan Manén. Casualmente el reputadísimo director de cine Luis Buñuel fue alumno de matemáticas del padre de Pilar, lo que propició que se conocieran y entablaran una buena y duradera amistad. Incluso Buñuel en alguna ocasión manifestó haber estado enamorado de la pianista, sin ser correspondido.

Debido a su juventud, pronto adquirió  fama en el panorama social nacional, apareciendo en entrevistas de múltiples periódicos y revistas. Le dedicaron dibujos y  poemas como los de Jardiel Poncela. En 1914 Pilar fue invitada a actuar en el Palacio ante la realeza y aristocracia españolas. Allí estaban también las Infantas Isabel y Paz de Borbón. Bayona, consciente de lo que arriesgaba, en vez de elegir a los clásicos como apuesta segura,  prefirió tocar música contemporánea, de Falla, Albéniz, Ravel, Debussy, etc “Creo que no es mi obligación tocar para que entienda el más tonto de la sala”. El concierto fue un éxito rotundo y tuvo que repetirlo.

Una vez conquistado su país, Pilar comenzó a actuar en el extranjero, sobre todo dando a conocer la música de compositores españoles, pero también de otros como Tchaikovsky, Brahms, Balakireff y Moussorgsky. Tocó en Alemania, Francia, Portugal, Marruecos... Siempre divulgando la música contemporánea, tocando partituras originales de treinta y ocho compositores que se las enviaban personalmente para que las interpretara ella.

Fue musa de varios artistas. Unxs  buscaron plasmarla en sus dibujos: Javier Ciria, Pilar Aranda, Juan Lafita, Benjamín Palencia y Guillermo Pérez Baylo. Honorio García Condoy la esculpió y  Tomás Seral y Casas le dedicó un poema. Manuel Derqui le dedicaría un cuento.

De inquietudes intelectuales y fuerte temperamento, en 1936 decidió ir a vivir a Madrid, donde le sorprendió la Guerra Civil. Allí coincidió de lleno con los miembros de la  Generación del 27.  Se relacionaba con gente de ideas muy progresistas y en esa época,  cuando las mujeres no eran amigas de los hombres, ella contó con innumerables amigos. De hecho, aparece en varias fotografías como la única mujer, rodeada de hombres “Me han dicho siempre que ser mujer es supremo inconveniente para llegar a las cimas artísticas. No he podido comprenderlo. Lo admito, pero me parece absurdo. ¿Acaso esta consideración de absurdo proviene de que soy mujer y joven?. Entonces me parece más censurable que no haya medio de salvar esa traba que se pone al sentimiento artístico”.

El mismísimo Federico García Lorca le firmó un ejemplar de la primera edición del "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías". Vicente Aleixandre, Alberti, Miguel Hernández o Pablo Neruda solían ir  a verla tocar a la Residencia de Estudiantes, donde Bayona estudiaba y tocaba el piano. Luego todxs continuaban juntxs las veladas en interminables tertulias. Tal es así que choca que fuera tan religiosa. Federico Sopeña en su libro Pilar Bayona la define como ‘Austera en lo moral, diamantina en su conciencia, era tolerante y comprensiva ante los más diversos mundos. Con su mantilla sobre su cabellera rubia se la veía recogida, más menuda en la misa diaria y a la tarde o a la noche tan campante, en la tertulia más superferolítica’. Pilar siempre intentó aprender de todos los estilos musicales. Cuando irrumpió el movimiento impresionista en el mundo musical, ella fue de las primeras en introducirlo en España. Figura de la música contemporánea, Bayona decidía qué sonido debía tener cada pasaje, haciendo una creación libre de la obra, de lo que no estaba en la propia partitura. En el libro citado se la describe como ‘Artista en su mismo ser, hacía amor con las mil realidades y los mil reflejos del repertorio que tenía en sus dedos, encarnado en los inagotables matices de la ternura’.

La contienda precipitó su vuelta a  Zaragoza y tras conocer la muerte o el exilio de algunos de  sus amigos se sintió sola en el mundo “Pero y ahora… ¿con quién hablo?”. En 1938 participó en la inauguración de  Radio Zaragoza, donde dio conciertos recurrentemente durante toda  su vida. También fue profesora de  los Cursos Internacionales de Verano de la Universidad de Zaragoza en Jaca y de los Cursos de Verano de la Universidad de Santander. En 1955 la hicieron Hija Predilecta de Zaragoza. Ese mismo año grabó con una discográfica francesa la Suite Iberia de Albéniz y en 1957 y 58 grabó para Hispavox dos discos dedicados a la música de Esplá y Guridi. En la década de los 60 apareció en múltiples programas musicales de TVE. A partir de 1962 compaginó sus conciertos con la docencia en el Conservatorio Pablo Sarasate de Pamplona y en el Conservatorio de Zaragoza, con la particularidad de que ella misma elegía a sus alumnxs después de una audición. En 1964 bautizaron con  su nombre una calle de la capital maña. En 1968 ganó el premio San Jorge y el Premio Ministerio de Cultura. Un año después, ingresó en la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis.

Ya en los 70, a pesar de su avanzada edad, continuó tocando en cualquier concierto que le propusieran, yéndose de gira con frecuencia. Durante esa década llegó a tocar en más de 20 ciudades españolas. Siempre en contacto con músicos contemporáneos, como Javier Alfonso y Antón Roch, que le siguieron mandando partituras.

En 1979 acudió a tocar a la Caja Inmaculada de Zaragoza, sin sospechar siquiera que ese sería su último concierto. Pocos días después, con 82 años, la atropelló  un coche causándole la muerte. Pilar, muy católica, humilde, enérgica y de gran personalidad, interpretó siempre con el máximo respeto todas y cada una de las piezas, creando una atmósfera sin igual en sus conciertos.

A la muerte de su hermana Carmen, el legado familiar recayó en sus sobrinos, siendo Antonio Bayona coautor de la biografía sobre la pianista. Además, donaron el Archivo de Pilar Bayona, de incalculable valor ya que está compuesto de cartas, fotografías, escritos y partituras originales, al Gobierno de Aragón. Tristemente, pocas grabaciones han quedado de sus interpretaciones.

Hace unos días, el 7 de abril se estrenó en la Residencia de Estudiantes, donde ella se reunió tantas veces a tocar el piano y disfrutar con lxs intelectuales de la época, la película titulada 'Pilar Bayona. Música clara como un curso de agua', dirigida por Emilio Casanova. Es una especie de documental, en el que se intercala la biografía de la concertista con sus interpretaciones y entrevistas a su familia, alumnos y estudiosos de su obra. El Archivo está en Zaragoza y tiene página web desde el año 2020.

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