"Esto es lo que me inspira para inspirar a otrxs a conseguir sus sueños, y para ayudar al atletismo a seguir siendo el mejor deporte del mundo. El atletismo es mi vida entera".-Yulimar Rojas.

Admiradora de superhéroes y superheroínas de la gran pantalla, soñaba con ser una de ellas. Superdotada para el deporte. Tiene un poderío físico  impresionante y unas  piernas sin fin que está sabiendo aprovechar, entrenando duro diariamente, con mucha disciplina y afán de superación, pero sobre todo, con ganas de ganar, de batir marcas, aunque sean las suyas, de ser la mejor. Además tiene un carácter alegre y le gusta bailar. Todo unido, la está llevando a ser ella la superheroína referente del atletismo mundial del siglo XXI. 

Yulimar del Valle Rojas Rodríguez nació el 21 de octubre de 1995 en Caracas, Venezuela. Sus orígenes son bastante humildes "Yo vengo de la pobreza, de donde la vida es dura. De un ranchito sin pintura donde existe la humildad, allí donde anhelé y deseé tener una vida digna. Allí empezó todo". Vivía en una pequeña casa con sus padres y son seis hermanxs “Éramos ocho personas. Vivíamos apretados pero felices. Siempre felices”.

Uno de sus pasatiempos favoritos desde pequeña fue el deporte. Empezó con el voleibol  al quedarse prendada de la selección venezolana en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008 “Era una niña, pero sabía que era bastante alta para mi edad y que quería llegar a la selección nacional. Lo intenté, lo intenté, pero el atletismo me atrapó completamente”. Así pues, se inició en el salto de altura y en el de longitud, entrenando también el triple salto. De hecho, la primera vez que compitió batió el récord nacional de Venezuela. A los 15 ganó la prueba de salto de altura en los Juegos Nacionales en el Estado Lara. En 2011 compitió en el Campeonato Sudamericano de Atletismo Juvenil de Colombia y lo ganó. Como quería y podía con todas las disciplinas del atletismo, un año después, en los Juegos Nacionales Estudiantiles, ganó en 100 m vallas. Logró el récord sudamericano juvenil y, por supuesto, el oro en Barquisimeto. Ese mismo año se llevó dos medallas de plata en el Campeonato Panamericano Juvenil de Atletismo y en los Juegos Bolivarianos. Probó con el salto de longitud y quedó sexta. En 2015 en el Campeonato de Venezuela consiguió el  récord nacional con 6,57 m en salto de longitud y 14,17 m en triple salto, marca con la que  se hizo con  el oro.

Estos éxitos le animaron a contactar por Facebook con el que es su entrenador desde 2015, el cubano Iván Pedroso, al que admira y por el que se vino a Guadalajara (España), para poder seguir mejorando y profesionalizarse a su lado “Es evidente que siempre tuve el talento, pero hace falta alguien con su capacidad para pulir un diamante en bruto. Yo no sabía ni si me conocía, si me había visto en alguna competencia. Antes de escribirle tuve miedo porque, ¡guau! ¡Iván Pedroso!”. Y ahí sigue, a su lado, cosechando medallas y títulos “El grupo en el que estoy es muy competitivo, muy unido, muy compacto. Todxs son fuertes, tienen sus metas, son candidatxs siempre a estar en lo más alto”. En ese “Team Pedroso'' ha coincidido con  Ana Peleteiro de la que opina “Ana trabaja para ser la mejor del mundo y superarme. Eso me enorgullece, porque no creo que me vea ya como una rival, sino como un ejemplo a seguir”.

Debutó como profesional en los Juegos Olímpicos en Río 2016, logrando la plata, solo superada por la colombiana Caterine Ibargüen, con quien tiene una gran rivalidad, pero también muy buena relación y a la que admira. En el Mundial de 2017 Rojas se tomó su revancha y ganó a Caterine, siendo la primera venezolana en ganar un oro en esa competición. Ganó con récord los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y el Mundial de Doha en 2020. En el Meeting de Madrid de febrero de 2020 consiguió batir el récord mundial de triple salto con 15,43 m, mejorando  los 15,36 de la rusa Tatiana Lebedeva de 2004. Por todo ello, ganó los premios World Athletics 2020.

En 2021 consiguió la medalla de oro de triple salto en los Juegos de Tokio 2020. Con su primer salto, de 15,41 metros, batió el récord olímpico de Françoise Mbango Etone y con el sexto, de 15,67 m rompió su propio récord, estableciendo un nuevo récord mundial superando los 15,50 m de la ucraniana Inessa Kravets en 1995 “Un sueño hecho realidad, ¿qué te puedo decir? Campeona Olímpica, recordista mundial aquí en Tokio y un sueño que tenía desde chiquilla, hoy se materializa y estoy muy feliz de poder vivir esta experiencia. Soy ahora la chica más feliz del planeta”.

Hace solo unos días, el 20 de marzo de 2022 Rojas, se volvió a superar en el Mundial de Belgrado. Saltó 15,74 metros, también al sexto intento "No sentí nada diferente, pero es el salto hacia la gloria. Quizá algún día me conozcan como 'la chica del sexto salto.

Su sueño, ahora que con 26 años lo ha ganado literalmente todo, es batir el récord de los 16 m “Ojalá consiga los 16 metros. Me motiva, me quita el sueño ser la primera mujer en sobrepasar la barrera de los 16 metros”. También busca superar el palmarés de su entrenador: nueve mundiales y el oro olímpico.  “Tratar de sobrepasar al maestro”. Como se puede comprobar, es muy competitiva “No puedes darte el lujo de relajarte y bajar los brazos. Soy una fiera y no me gusta perder en ningún escenario”.

En una entrevista le preguntaron si le había pedido a World Athletics utilizar la tabla de batida de los hombres (2 m más larga), ya que con su 1,92 m de estatura  y una  zancada de 2,60m en carrera, a veces parece que Rojas se ve forzada a  acortar sus pasos al saltar. Ella contestó “Aún debo perfeccionar mi salto para que eso sea un problema real. Si llega ese momento, será inevitable que cambien las reglas, al menos para mí, porque entiendo que tendrán que cuidarme. Y claro, lo lógico sería que usase la tabla de batida de los chicos”.

En lo personal, Yulimar es activista feminista y una referente del colectivo LGTBIQ “Mi orientación, mi sexualidad siempre ha sido importante para mí y para mi carrera. Desde que comencé en el deporte, siempre he tratado de luchar por las ideologías y los derechos de las mujeres y del colectivo LGBTI”. Ella, como mujer, deportista, negra, migrante y homosexual ha sufrido duros prejuicios y discriminación pero “Si hubiese dejado que me afectara todo, la historia habría sido otra. He tenido que mantenerme fuerte y, además, entender que las personas que humillan y discriminan, se exteriorizan a través de sus palabras y odio. Lo que ellxs dicen habla más de ellxs que de mí, así que no debe afectarme”. Siempre celosa de su vida privada, sorprendió el pasado febrero publicando en redes sociales una foto con su novia, acompañada de la frase “Sé feliz y abraza mucho” a la que sus seguidorxs reaccionaron unxs muy a favor y otrxs criticándola duramente. Pero ella “Sigo viviendo mi experiencia de tener una bella persona que me quiere, me cuida y respeta”. Además manifestó su deseo de ser madre, de crear una familia con hijxs a lxs que brindar mucho cariño y que sean muy felices. Como lo fue y es ella con su familia, a la que visita siempre que puede y que ahora vive en una casa más que decente, comprada por Yulimar.

La negra de Venezuela, como le gusta que la llamen, desde niña adora bailar, cualquier estilo: salsa, merengue o reggaetón, y se considera “Audaz, alegre y comprometida. Siempre dando lo mejor de mí, siempre sacando lo mejor cada día. Guerrera ante todo”.  Pues eso ¡Sé feliz y abraza mucho! “Quiero que se caigan los muros y barreras y que podamos volar, solas o juntas, pero volar hasta donde queremos estar”. 

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