Hace pocos días, cayó en nuestras manos por casualidad una moneda belga de 2011 con su cara grabada. Nos resultó un hecho curioso e intentamos documentarnos sobre ella. Aunque no hay mucho escrito, nos ha servido para reforzar algo que ya sabíamos, la premisa de este blog, pero a veces se nos olvida: ha habido que pelear en cada País y en cada ámbito de la sociedad. Ningún logro se ha conseguido solo. Menos aún en el terreno intelectual, donde los hombres han sido claros dominadores hasta hace bien poquito. Países que ahora nos parecen avanzados en la igualdad de oportunidades entre los géneros, hace poco más de cien años no permitían a las chicas cursar estudios superiores. En todos, el conocimiento era exclusivo para los hombres.
Anne Catherine Albertina Isala Van Diest nació en 1842 en Lovaina. No nos
sorprende que fuera hija de un cirujano, tampoco que su familia fuera
progresista y adinerada. Isala y sus hermanas tuvieron acceso a los mismos
estudios que su hermano, fueron todxs a Reino Unido a completar su formación. Lo
único que se esperaba de ellas es que algún día fueran buenas esposas y madres.
Pero, ya de vuelta, Isala decidió que quería estudiar Medicina, como su padre.
Por aquél entonces en Bélgica no se les estaba permitido a las mujeres estudiar
los cursos que permitían entrar en la Universidad, lo que ahora sería
Bachillerato. Resignada, pero apoyada por su familia, fue a un internado en
Suiza en el que pudo hacerlos.
En 1873 volvió a Bélgica para intentar entrar en la Facultad de Medicina de la
Universidad Católica de Lovaina. Los religiosos que regentaban esa Institución
la rechazaron por ser mujer, no sin
antes ofrecerle la opción de trabajar como matrona asistiendo partos. ¡Pero no! Isala quería ser médica y no se rindió. Entonces decidió estudiar un curso de alemán,
matemáticas y latín en Alemania, que le serviría de preparación para después
matricularse en Medicina en la Universidad Suiza. En 1879 se convirtió en la
primera belga en conseguir un título universitario y, por consiguiente, en la
primera médica de su país. Además, tuvo tiempo de realizar un doctorado en
Ciencias de la Salud. Hay que destacar que las Universidades suizas fueron de
las primeras en admitir mujeres estudiantes.
Al acabar el doctorado fue a Inglaterra a trabajar durante dos años, ya que en este país
hacía más de una década que se permitía a las mujeres ejercer la Medicina. Fue
en este periodo cuando empezó a conocer e identificarse con el movimiento
feminista. De hecho, llegó a trabajar con la pionera Elizabeth Garrett
Anderson, primera médica en las islas de Gran Bretaña y reconocida sufragista.
Todo lo contrario que en el país de Van Diest, en el que ella seguía sin poder
trabajar. Un par de años más tarde, cuando se legalizaron los estudios
superiores para las mujeres, tuvo que volver a matricularse en la Universidad Libre de Bruselas (ULB) para cursar diferentes materias obligatorias. Es decir, casi se tuvo
que volver a hacer la carrera. Cuentan los cronistas de la época que tenía que entrar a clase por las puertas
traseras porque los demás estudiantes la insultaban y lanzaban piedras. Pero no
cesó en su empeño, realizó los cursos pertinentes, y en 1884, con 41 años, pudo
abrir por fin su propia clínica en la capital belga, gracias a que ese mismo
año, el gobierno promulgó un Real Decreto, que permitía a las mujeres belgas
practicar la medicina, siendo Isala la primera en conseguirlo.
Sus pacientes eran sobre todo mujeres y niñxs, además de inmigrantes británicxs y
estadounidenses, que no tenían tanto reparo ni machismo en asistir
a la consulta de una médica por aquel
entonces. También sufrió una fuerte discriminación por parte de sus propios compañeros
de profesión.
Siempre tuvo presente el activismo, por lo que dedicó gran parte de sus
esfuerzos a tratar y cuidar a prostitutas y exprostitutas, además de luchar por
sus derechos y por los de todas las mujeres. Se manifestó activamente contra la
prostitución, formó parte de la Sociedad de moral pública, dirigida por Émile
de Laveleye, y fundó El Refugio donde se acogía a las mujeres que querían dejar las
calles.
En materia de feminismo también hay que destacar que fundó la Liga Belga
por los Derechos de la Mujer, junto con Marie Popelin. Popelin es también muy
conocida por sus incansables esfuerzos junto a Isabelle Gatti de Gamond, para
el desarrollo de la educación en la mujer. Además, en 1888, se convirtió en la
primera belga en lograr un Doctorado en Leyes.
Por su parte, Isala, a principios del siglo XX empezó a sufrir una
enfermedad crónica por la cual iba perdiendo la vista poco a poco, lo que le
obligó a dejar de trabajar. En 1914 fue reconocida como presidenta de honor de
la exposición De hedendaagse vrouw -La mujer contemporánea- en Amberes. Durante
sus últimos años se fue a vivir a a Knokke, donde moriría en 1916.
En 2011, para celebrar el centenario del Día Internacional de la Mujer,
Bélgica decidió sacar unas monedas de 2€
conmemorativas, en las que aparecen Isala Van Diest y Marie Popelin, representando las Ciencias y
las Letras respectivamente. Como curiosidad, se trata de la primera moneda
belga que incluye mujeres que no forman parte de la Familia Real. Ese mismo año
se realizó un aclamado y artístico homenaje a la doctora y a la pintora
impresionista, Louise Heger en el museo de Lovaina.
Más recientemente, en 2020, se ha inaugurado un nuevo barrio en Bruselas y una de sus calles lleva el nombre Isala Van Diest. Lieja y Gante no tardaron en incluir otras calles con este mismo nombre. Además, recientemente, un importante e innovador proyecto de investigación de la Universidad de Amberes ha sido denominado Isala en su honor.
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