“La sensación que mejor puedes tener como tenista es levantar la copa el domingo. Es una satisfacción total como recompensa por el trabajo bien hecho. Así que trabajar en domingo era lo mejor que te podía pasar”.- Conchita Martínez
Gracias a su entrega y confianza en sí misma, conseguidas a fuerza de mucho trabajo y talento, tuvo una dilatada carrera, actuaciones sobresalientes, y la oportunidad de jugar con las mejores del mundo en ese momento, así como de liderar una década dorada del tenis español, todavía no superada. Su nombre siempre estará ligado al de leyendas como Arantxa Sánchez Vicario, Steffi Graff, Gabriela Sabatini, o Martina Navratilova, entre otras muchas. Por todo ello fue y es ejemplo para las generaciones posteriores.
Concepción Martínez
Bernat, Conchita Martínez, nació en Monzón, Huesca, en 1972. Hija de un
empleado de hidroeléctrica, se crio junto a sus dos hermanos mayores en los
apartamentos que la compañía facilitaba a sus trabajadores. Desde una ventana
veía jugar a los empleados y a sus hermanos en las pistas de tenis. No le gustaban las muñecas, pero sí hacer
deporte: jugaba al fútbol, probó con el atletismo y un buen día le dio por
coger una raqueta. Ahí se enamoró del tenis “En las pistas había un frontón y
pasaba horas y horas frente a él, siempre imaginándome que jugaba partidos”.
Conchita empezó a jugar a los nueve años, a los diez quedó finalista en un torneo alevín, a los 11 fichó por el Club tenis Urgell Lleida, con el que también llegó a la final del campeonato Alevín en la ciudad catalana. A los 12, se pusieron en contacto con ella desde la Real Federación Española de Tenis y le propusieron ir a Barcelona becada en la residencia Blume de Esplugues. Agradece a sus padres que la dejasen ir a continuar allí su formación, ya que gracias a ello pudo seguir con su rápida progresión, ganando campeonatos de España en 1988 y Europa en diferentes categorías. Ahí se fijó en ella Eric Van Harpen, quien le ofreció ir a entrenar a Suiza en su escuela de tenis, y allá que se fue. Estuvo un año y medio y lo recuerda como una época muy dura, por el régimen de entrenamientos tan estricto y además porque echaba de menos a su familia y amigxs “Han sido muchos años de sacrificio en los que ha habido momentos muy duros, pero esos se olvidan y los que van a quedar son aquellos que me han llenado como tenista y como persona”. La estancia en Suiza le sirvió también para aprender alemán y perfeccionar el inglés. Empezó a jugar en torneos de mayor dificultad, con los que poco a poco se iba curtiendo y aprendiendo lo que significa el tenis profesional: continuos viajes y competiciones “Me despertaba en medio de la noche llorando y pensando en lo que podría haber hecho mejor”. Además, el régimen de las competiciones no le permitía hacer amistades “Jugar contra compañeras con las que hay afinidad no es nada fácil, pero en la pista hay que ser profesional y hacer tu trabajo que es ganar el partido e intentar que no te afecte nada más”.
La oscense ha
formado parte del Equipo Olímpico español en numerosas ocasiones “Los Juegos
Olímpicos de Barcelona, ciudad en la que me formé, fueron muy emotivos”. Además
ha participado en las Olimpiadas de Atlanta, Sidney y Atenas y ha conseguido
medalla en dobles en todas, excepto la de Sidney. La década de los 90 fue una
época dorada para el tenis femenino español, Martínez y Sánchez Vicario
ganaron 5 Copas Federación y jugaron 5 finales. Sobre su relación con Arantxa dice “Se quería dar la
idea de que nos llevábamos fatal, pero si miras nuestros resultados como dobles
y en equipo, es imposible llevarse mal y conseguir todas las medallas y trofeos
que ganamos. Fue una rivalidad sana, las dos nos empujamos una a la otra a
mejorar”.
Es la tenista
española que más torneos individuales ha ganado, con un total de 33, récord
español sólo superado por Rafa Nadal. La única tenista española en ganar
medalla en tres JJOO seguidos (dos platas y un bronce). Una de las 7 jugadoras
que han competido en más de 1000 partidos como profesional, con un balance de
739 victorias y 297 derrotas. La
victoria que mejor le supo sin ninguna duda fue en 1994, con solo 22 años se
convertía en la primera española en ganar en Wimbledon, contra la mejor del
mundo sobre hierba, la enorme Martina
Navratilova, su ídolo de la infancia. Fue complicado porque a lxs tenistas
españolxs no se les suele dar muy bien la hierba. Pero Martínez estaba en un
excelente momento y no dejó pasar la oportunidad. Ese año le concedieron el Premio
Nacional del Deporte como Mejor Deportista del año.
En 2013 la eligieron Seleccionadora Nacional Femenina y en 2015 Seleccionadora Nacional Masculina, la primera mujer al frente del equipo español masculino de Copa Davis, capitaneando ambos equipos simultáneamente. Martínez consiguió que el equipo masculino volviera a la primera división, al Grupo Mundial. Pero en 2017, sin previo aviso la Real Federación Española de Tenis la destituyó de ambos, lo que le causó una gran decepción, máxime cuando intentaron justificar la decisión argumentando que la habían tomado contando con los tenistas “Al hablar con los jugadores me enteré de que no había sido así. Es muy desagradecido tomar las riendas del barco cuando hay tempestad y cuando consigues la tranquilidad y el compromiso prescinden de ti. He estado en los momentos difíciles cuando nadie quería estar ahí”.
Pero se rehízo y
comenzó a entrenar a Garbiñe Muguruza, haciendo que fuera convocada para la Selección. Con ella la de Monzón consiguió
uno de sus mayores logros como entrenadora, en 2017 Garbiñe levantó el trofeo
de campeona de Wimbledon, trece años después que ella. “Estuvimos tres semanas
muy concentradas. Garbiñe escuchaba mucho, absorbía todo lo que le decía. Al
final cogió una confianza impresionante y acabó barriendo a sus rivales”. Tras
un periodo como entrenadora de Pliskova, ha vuelto a entrenar a la
hispanovenezolana, quien en 2020 llegó a la semifinal del Open de Australia.
Allí, Conchita dio positivo en coronavirus y la dirigía online desde un hotel
medicalizado "Garbiñe tiene madera de número 1, tiene margen de mejora y
tenemos ganas de hacer cosas grandes".
Sobre por qué hay tan pocas mujeres
entrenadoras de tenis opina que no es porque no las haya, sino porque lxs
tenistas dan pocas oportunidades a que las entrene una mujer. En cuanto a que jueguen hombres y mujeres juntxs competiciones importantes piensa “Me parece una buena idea. La
unión siempre es buena, si es con igualdad de oportunidades para ambos sexos”. Ella se describe como una entrenadora
a la que le gusta la seriedad, ser organizada y entrenar con intensidad. Además
de una persona muy positiva “Profesionalidad ante todo, por favor. Que no
falte nunca”.
Actualmente también
trabaja como comentarista deportiva en Eurosport, vive en Barcelona, da largos
paseos por la montaña con su perro, hace ciclismo, le encanta la gastronomía. De hecho, tiene un negocio en el que mezcla rutas de catas vino con jugar al tenis “Por qué no combinar este espectacular deporte con
algunas de mis pasiones fuera de la pista como la comida y el vino”. En julio
de 2021 Conchita Martínez ingresará en el exclusivo Salón de la Fama del Tenis
en Rhode Island, donde ya están lxs españolxs Manolo Santana, Arantxa Sánchez
Vicario, Manuel Orantes y Andrés Gimeno.
Comentarios
Publicar un comentario