Cada vez está más extendida la necesidad de reducir el consumo de productos cárnicos, por motivos de salud, ambientales o éticos. La idea de crear alimentos en laboratorio no es nueva, ya Winston Churchill en 1930 decía “Dentro de cincuenta años, escaparemos al absurdo de criar un pollo entero para comer la pechuga o las alas, cultivando estas partes separadas en un medio adecuado”.
Mercedes Vila Juárez nació en Madrid en 1975. Desde pequeña sentía una gran atracción por el mundo de la Ciencia, por lo que a la hora de elegir carrera no se
lo pensó dos veces y decidió estudiar Ciencias
Físicas en la Universidad Autónoma de Madrid. “Antes de terminar mi licenciatura ya era una
apasionada del trabajo de laboratorio”. Después, continuó con el doctorado en Física de
materiales, que finalizó en 2003.
Y ya que estaba, pidió una IEF Marie Curie Action y otros programas nacionales para hacer el post-doctorado en el extranjero, desarrollando biomateriales. “Supongo que desde el principio fue un conjunto de
características lo que me llevó a seguir este camino: la inquietud y atracción que la Ciencia me aportaba y el tener un
trabajo creativo que, en lugar de aburrirme, siempre me enganchaba más y más,
hasta el punto de querer hacerlo con o sin beca si venían las vacas flacas”.
Al acabar su formación, Mercedes empezó a trabajar como Investigadora Ramón y Cajal en la Facultad de Farmacia de la Universidad
Complutense de Madrid, en un grupo de investigación de Nanomedicina y Medicina
Regenerativa, con financiación de otra ERG-Marie Curie Action (2008-2010). Con este proyecto estudiaban la producción de
biomateriales que favorecieran la rehabilitación y tratamiento de enfermedades
que causan pérdida de masa ósea. Por ejemplo, el Cáncer de Huesos o la
Osteoporosis. Estos biomateriales sujetarían las células óseas contribuyendo a su
regeneración.
A continuación, se incorporó a una investigación de las posibles
aplicaciones de nanopartículas basadas
en óxido de grafeno. Descubrieron su utilidad para el
tratamiento de tumores, diversas interacciones nanopartículas-células, y la
estimulación del crecimiento celular. “La
motivación que ofrece la posibilidad de mejorar la calidad de vida de personas
cuya movilidad y situación física están realmente afectadas, es definitivamente
la piedra clave en que se basa el esfuerzo al realizar este trabajo".
Por este proyecto, Vila ganó el Premio L’Oreal – UNESCO “Por las mujeres en la Ciencia” en 2010. Se trata de un reconocimiento de las investigaciones llevadas a cabo por mujeres de menos de 40 años. En esa misma convocatoria les fue concedido a otras cuatro científicas: Isabel Lastres, por la búsqueda de dianas terapéuticas para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, Ana Briones, por su investigación sobre la importancia de los adipocitos en las alteraciones vasculares asociadas a la obesidad , Elena Ramírez, por la aplicación de la biotecnología para la mejora de las cosechas agrícolas, y María Antonia Herrero, por estudiar el uso de nanotubos de carbono para transportar material genético al interior de las células para terapia génica, El galardón consiste en una dotación de 15.000€ para apoyar el papel de la mujer en la ciencia, reconocerlo y ayudar a la conciliación de la vida laboral y familiar.
En 2013 se unió a la Universidad de Aveiro (Portugal) como Investigadora Principal para coordinar el laboratorio
de aplicaciones del grafeno en Nanomedicina.
Dos años después, empezó a trabajar por primera vez en la industria, para la
empresa Coating Technologies-CTECHnano, como Directora Científica. Cabe
destacar que consiguió su tercera financiación Marie Curie Action.
En febrero de 2017, Mercedes cofundó
la empresa Biotech Foods, convirtiéndose en la CTO, encargada de los
asuntos tecnológicos y científicos. Esta start-up con sede en San Sebastián, pretende revolucionar el sector alimentario. “Hay que estar preparada para
saber que el camino de emprender demanda mucho tiempo, y hay que encararlo con
ilusión porque se convierte en una forma de vida”. Se prevé que en 2021 se lance ‘EthicaMeat’, una línea de productos de carne de laboratorio. “Hemos llegado a un punto en
el que la ganadería intensiva no da abasto”. Un informe de la FAO muestra que
la demanda de proteínas a nivel mundial se ha triplicado desde 1980 (200
millones de toneladas en 1980, 600 millones en 2020). A día de hoy, la cría del
ganado supone el 25% del consumo total de tierra y agua del planeta y el 15% de la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Según Vila, se
estima que los productos de “carne ética” consumirán un 99% menos de tierra, un
75% menos de agua y reducirán un 90% la emisión de gases de efecto invernadero. “Identificamos
un enorme problema global en torno a la ganadería intensiva y quisimos buscar
soluciones. Hicimos un estudio técnico de mercado, recibimos apoyo de dos
socios inversores y de instituciones públicas, y nos lanzamos a desarrollar el
producto en el laboratorio”.
Mientras, Mercedes Vila, "la de las hamburguesas", como le conocen en el sector, continúa investigando para que la carne cultivada
sea ética y sana, va al gimnasio , se declara fan de “Juego de Tronos” y le
gusta el lema de Nike “Just do it”, “Hazlo.
Tendrás éxito o cometerás errores, pero de todo se aprende.”
Parece muy futurista... Pero tenemos que aprender, rápido, a introducir estos alimentos en nuestro día a día.
ResponderEliminarLa idea de " fabricar" carnes o pescados en lavoratorio, mejorando en calidad y sin generar el gasto y la contaminación que conlleva la ganadería industrial, es genial, pero aún no queda claro si está alternativa será para todos los bolsillos o por el contrario, se convertirá en un producto de lujo, serán capaces de fabricar y distribuir al ritmo de este sistema capitalista??
ResponderEliminarSe supone que el valor será como el de la carne, o eso ha comentado a día de hoy!
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