“Ahora no toca opinar, toca escuchar a las minorías. Nunca aceptes la presión de tener que revelar detalles sobre ti que no quieras contar”.- Indya Moore
Hispana, negra y trans en EEUU, como muchxs ha sentido la violencia, el rechazo y la opresión en sus propias carnes. Por lo que lograr tener éxito como actriz y modelo es más que meritorio. Activista incansable en todas las luchas, utiliza su fama para dar visibilidad a las minorías oprimidas. Afortunadamente, y gracias a personas como ella, las industrias de la moda y el cine poco a poco se van adaptando a la sociedad actual.
Indya Moore nació en 1995 en el
marginal barrio neoyorkino del Bronx, en el seno de una familia tradicional y
religiosa de inmigrantes caribeñxs. Pasó una infancia extremadamente
complicada, se sentía incómoda y enfadada constantemente, se peleaba en el
colegio… "No, no recuerdo tener amigxs, ni libertad”. A los catorce años
les dijo a sus padres que era una chica. “Mi madre no me apoyaba por aquel
entonces, pero me llevó a Dunkin’ Donuts después de abrirme con ella acerca de
mi sexualidad, como muestra de afecto”. Comenta que no le aconsejaría nada a la
niña que fue, que se lo aconsejaría a
todo el mundo que la rodeaba. “Pasé por un infierno hasta llegar aquí, pero
volvería a pasar por ello porque me
quiero tal y como soy. Llevo mucho de lo que fui dentro de mi yo de ahora,
y aunque he pasado por muchos traumas, todavía
trato de quererme lo suficiente como para ser tan valiente como lo era antes”.
En cualquier caso, el inicio de
su transición desencadenó que tuviera que entrar en un centro de acogida:
"Como nací con sexo masculino mis padres esperaban que me comportara como
la mayor parte de los niños. Pero no fue mi caso. No entendían y no sabían lo que era tener a una persona queer cerca".
Indya cambió de familia adoptiva con mucha frecuencia durante su adolescencia,
llegando a vivir en los cinco distritos de Nueva York. Esta inestabilidad
vital, sumada al acoso que sufría en los institutos provocaron que dejara de
estudiar a los 15 años.
Un año después, comenzó la terapia hormonal y reconoce que se sintió mejor “Me enamoré de la mujer en la que veía que me estaba convirtiendo". Además, en ese momento su tutora se convirtió en el apoyo materno que tanto había necesitado “¡Ella lo era todo para mí! Se sentía orgullosa de mi identidad, me introdujo en el 'voguing', escribía poemas conmigo y me llevó a mi primer Orgullo.” A esta edad, Indya Moore empezó a trabajar de modelo, mostrándonos una vez más, el lado positivo de las redes sociales: "Fotógrafxs y diseñadorxs me contactaban directamente a través de Facebook e Instagram para invitarme a formar parte de sus sesiones de fotos". Pronto posó para marcas de la talla de Dior o Gucci. "Cuando la gente decía que adoraba mi estilo y que podría ser modelo, me reía, pero por dentro pensaba que no había espacio para una chica trans, negra e hispana, procedente del Bronx”. Así conoció al bailarín José Gutiérrez Xtravaganza, el coreógrafo del Vogue de Madonna, y la animó a probar suerte como actriz, haciendo que fuera a una audición para la película independiente Saturday Church. Moore consiguió el papel.
2017 fue un gran año para ella,
participó en la New York Fashion Week, apareció en el vídeo musical de Katy
Perry “Swish Swish”, y coprotagonizó la
primera temporada de la serie Pose, que la catapultaría al estrellato. Esta
serie trata sobre la cultura ballroom en Nueva York a finales de los ochenta.
Moore interpreta a Angel Evangelista, una trabajadora sexual trans. “Me gustaría decir que no hay paralelismos
entre la historia de Angel y la mía, pero por suerte y por desgracia, son
bastantes”. Pose contó con el mayor elenco de actrices trans de la
historia, más de cincuenta. Entre ellas Dominique Jackson o MJ Rodríguez.
Como modelo sigue creciendo, ha desfilado para Louis Vuitton o Calvin Klein, entre otros. Ha sido la primera persona trans en aparecer en la portada de revistas de la talla de Elle y Vogue. "Mi sueño es ampliar la representación de las diferentes identidades humanas a través de mi trabajo como modelo. Insto al mundo de la moda a expandir su capacidad de inclusión. Deseo ser un altavoz para aquellas voces menos escuchadas". Sin embargo, también declara “A lo único que me niego es a ser un ejemplo de nada para nadie. La cultura de la fama hace que tengamos a lxs famosxs como estatuas a las que no se les permiten grietas. Tener en una celebridad un ejemplo a seguir es altamente peligroso, porque un error tuyo tiene un efecto mariposa de magnitud desconocida”.
Se considera talentosa, humilde,
estratégica, empática, “Una gran compañera con una hermosa sonrisa que ama sin
pedir disculpas y, al mismo tiempo, que teme salir y se siente intimidada por
la violencia de género. Mi estilo es la honestidad, la integridad, el perdón,
la paciencia y las cosas que me hacen sentir libre, más cerca de mis
antepasadxs y más cerca de lo que defino como Dios”.
En 2019, la revista Time la escogió como una de las personas más influyentes del
año por su activismo político y su compromiso en la lucha por los derechos
LGTBIQ y contra el racismo: “Como siempre, esto es cuestión de elegir:
quien prefiera, puede leer mi historia por encima. Quien no, descubrirá que ha habido más sufrimiento
que suerte”. Al recoger el premio en los Fashion Media Awards, apareció con unos pendientes con las
fotografías de las 16 mujeres trans asesinadas ese año en EEUU. “La parte
buena de todo esto es que, por fin, vemos cómo los sistemas que llevan gobernándonos
muchísimos años están siendo cuestionados, y cada vez que tiramos del hilo,
descubrimos las injusticias, la violencia y el absurdo en el que estamos
instaladxs”.
También critica la normatividad dentro
de su colectivo “Hay una hipervisibilización de las mujeres trans y un borrado
absoluto de los hombres trans. Supongo que porque la feminidad es algo que atrae
y vende en el mundo en que vivimos, y porque lo femenino es capitalizado para ser vendido con una facilidad que me
abruma”. Se manifiesta en contra de la sexualización con la que se trata a
las personas queer.
Ha sobrepasado el millón de seguidorxs en Instagram, que utiliza diariamente para la visibilización. En esta red social ha elogiado la serie española La Veneno o la valentía de Elliot Page. Entre sus proyectos destacan la aparición en la serie de terror Magic Hour, sobre el Frankenstein de Mary Shelley, en un cortometraje y el rodaje de la tercera temporada de Pose.
A los 25 años todavía se considera en proceso de transición, identidad y aprendizaje sobre sus preferencias: “Todas estas cosas han llegado muy rápido cuando aún estoy tratando de entender quién soy y cómo quiero vivir. Llevo muchos años en guardia, en constante lucha, y no tengo muy claro que pueda o quiera desconectar de esa parte de mí misma. Pero tengo que aprender a confiar más en lxs demás”.
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