“El talento sin esfuerzo no lleva a ningún lado. Talento, esfuerzo e identidad son las claves para triunfar”.- Ana Locking

 No hace tanto tiempo, una escena habitual en los hogares españoles era ver a nuestras madres con el metro amarillo colgado al cuello, marcando los patrones con una tiza, enhebrando la aguja, e hilvanado la tela para terminar la obra cosiendo a mano o dando al pedal de la máquina de coser. La Costura era una asignatura en la Escuela. Bueno, solo para las niñas.

Ana González Rodríguez nació en Toledo hace cincuenta años. Ella también creció entre agujas, alfileres y patrones, ya que su madre era modista. De ahí su amor por el corte y la confección. Pero el mundo de la moda le parecía superficial, y como tenía espíritu creativo decidió ir a estudiar Bellas Artes y Fotografía a Madrid. Esos conocimientos adquiridos le sirvieron para desarrollar aún más su pasión por la belleza, y la creatividad. Pero no pudo, o no quiso escapar a su destino, y básicamente se dedica a la profesión que aprendió desde niña. “Aunque me formé para ello, me he dado cuenta de que todo lo que sé de moda lo aprendí de mi madre”.

En 1996 creó la marca Locking Shocking, a la que se incorporaría un año después  Óscar Benito. Juntxs crearon colecciones frescas y arriesgadas, y en 2003 recibieron el premio L’Oreal a la mejor colección joven en la Pasarela Cibeles. Permanecieron juntxs durante diez años y se separaron en 2007.

Ana empezó una nueva etapa en solitario, y en 2008 registró la firma Ana Locking. Desechó Shocking y eligió Locking porque identifica más su trabajo con esa palabra: “Mientras que Shocking lleva a pensar en algo sorprendente, chocante, ácido, inestable, Locking recuerda a algo cerrado, protegido, más cuidado, una emoción equilibrada, algo más lógico. Mi forma de trabajar es más cerebral”. A partir de aquí, sus diseños serían menos irreverentes, más meditados y delicados. 

Desde sus inicios, Ana Locking no ha dejado de estar presente cada año en la Pasarela Cibeles. En 2010 presentó una colección en la Semana de la Moda de Nueva York. En 2011 empezó su andadura como profesora en el Centro Superior de Diseño y Moda de Madrid (CSDMM) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Mi consejo para alguien que está empezando es que no sea una copia de nadie, que sea unx mismx y explore su propio universo. Es de ahí de donde tiene que salir todo lo que se quiera proyectar”.

En 2018 diseñó un vestido para una cena de gala de la reina Leticia, quizá el más comentado de su carrera, por la repercusión mediática de la reina. "Es una alegría, porque puedes vestir a alguien y que luego a la gente no le guste nada, al margen de que es imposible gustar a todo el mundo. Estamos muy felices de haber podido vestirla". Como anécdota curiosa diremos que la actriz Marta Nieto había lucido ese mismo modelo un año antes en la entrega de los premios Feroz, pero "Con una actriz la gente no es tan severa".

La manchega ha jugado un papel importante en la revitalización de la moda española en los últimos tiempos.  De hecho, lxs cantantes Aitana y Blas Cantó y lxs actorxs como Nathalie Poza o Asier Etxeandía acostumbran a llevar creaciones suyas.  También diseñó la colección Arde para la serie de Paco León “Arde Madrid”. “El cine es una de mis pasiones y me siento muy cercana, también soy una contadora de historias”.

Compara a los diseñadores con las diseñadoras: “Algunos diseñadores hombres, no todos, tienen una visión más ensoñadora de la mujer y quizás por eso son más voluptuosos, mientras que nosotras somos más terrenales”.

Su moda es inclusiva e intenta reflejar la diversidad de seres humanos. “Para mí la clave está en arriesgar cada temporada. A veces me sorprendo a mí misma diciendo: «No sé si esto me horroriza o me flipa». Pero descolocarse es bueno.”

Además, no para de buscar alternativas para que los materiales de sus prendas sean sostenibles y respetuosos con los animales (nunca utiliza pieles naturales). “El debate sobre la producción responsable y sostenible está encima de la mesa. Pero eso no será viable si seguimos teniendo la idea de ir todas las semanas a comprar prendas que no superen los 10€”. Considera que el concepto de moda, está mejorando en los últimos años “Si la moda está funcionando creo que es porque hay menos prejuicios. Hemos ido educando a la gente en que la moda es cultura y no es esa frivolidad con la que el mundo de la cultura la tildaba antes.”

Llama la atención que Ana suele vestir de forma sencilla, sobre todo en sus desfiles “Cuando en la colección hay una prenda con mensaje o logo me la pongo con unos vaqueros, pero en general soy poco presumida en ese momento”.

2020 ha sido un año de luces y sombras para ella. Sombras, porque en marzo la operaron de cáncer de pecho, a la par que su pareja estaba con coronavirus y el negocio se desplomaba con el confinamiento. “Hizo que me olvidase de mí, no me permitió lamerme las heridas. No podíamos darnos un abrazo, ni una caricia, ni cogernos de la mano”.

Luces, porque ambxs se han recuperado satisfactoriamente. Además, ha recibido el Premio Nacional de Diseño de Moda 2020, otorgado por el Ministerio de Cultura y Deporte por “Combinar diseño de moda  y pulso social, conectando con los movimientos y las prácticas artísticas contemporáneas”. Además, gracias a su formación en Bellas Artes, actualmente está trabajando en Proyectos de interiorismo, colabora con distintas instituciones culturales y organizaciones artísticas a través de exposiciones, instalaciones, videoarte, fotografía, seminarios, conferencias y clases magistrales.  Todo esto mientras se recupera el sector de la moda. “La moda dará un giro radical e irá más en consonancia con la realidad. El sector atraviesa un momento crítico y somos conscientes de que tendremos que producir menos colecciones y hacer que sean más sostenibles, consumiremos con más respeto, volveremos a valores como la calidad, la procedencia, la justicia en el proceso de producción”.



 

 

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