“Una puede no solo emigrar de una ciudad, sino de un destino”- Bibiana Fernández

Chica por partida triple: por apellido, por identidad y por Almodóvar. Bibiana Fernández Chica, de padres malagueñxs, nació en Tánger en 1954. Aunque la inscriben en el Registro como Manuel, ella siempre fue Bibiana. Recuerda su infancia  alegre, su día a día era el colegio, los juegos, lxs amigxs. Aunque a veces no la dejaban entrar en los baños de las niñas porque “tenía pito”. A veces las niñas no la dejaban jugar con ellas y le mandaban a jugar con los niños. Fue complicado.

Cuando tiene  seis años sus padres se separan y es su padre quien la lleva a vivir con él a la portería donde vivía su tía.

El padre trabajaba de  taxista por la noche, por lo que recogía a chicas de clubs y demás personas del ocio nocturno. Por esto, Bibiana, con 8 años,  a menudo le tenía que ir a buscar por los bares para que la llevara al colegio.  Además le prohibía ver a su madre, pero no le hacía caso y comía con ella todos los días, y luego en casa,  por lo que comía dos veces. Cuenta que gracias a ese “espíritu conciliador”,  con 12 años pesaba 80 kilos.

Cuando cumple los 13 se escapa a Málaga a estudiar FP y ser la mujer que quería, cosa que no le resultó nada fácil en aquella España franquista de los años 60

En los cuatro años de estancia en Málaga aprendió a sobrevivir. Siente pasión por el cine, prefiere las películas en las que salen mujeres heroínas. Admira a Sophia Loren, Brigitte Bardot o  Bibi Andersson, actriz sueca de la que toma su nombre artístico cambiando alguna letra. Quiere ser actriz y dedicarse al mundo del espectáculo. Entre medias, hace el servicio militar aunque no completo, demasiada provocación para los militares pacatos de la época. Tras lo cual decide focalizarse en ser artista. Pero para alcanzar esa meta ha de trabajar de cualquier cosa, desde hacer camas en un hotel de Las Palmas o vender libros, hasta trabajar en clubs de alterne en Barcelona, época que recuerda con dolor, porque “alternar es beber”. 

En 1976, cuando inicia su tratamiento hormonal  con estrógenos, la llaman para participar en la película de Vicente Aranda “Cambio de sexo”, aunque ha manifestado que no se identificó para nada con la mujer que representó. 

En 1980 graba un disco de relativo éxito, participa en distintos programas de televisión y se empieza a dar a conocer en teatros, mientras, sigue siendo vedette de revista.

Ya en el Madrid de la Movida, conoce a Pedro Almodóvar, punto de inflexión en su carrera. La química que hay entre ellxs la lleva a participar en “Tráiler para Amantes de lo prohibido”. Después vendrán “La ley del deseo”  “Kika”, “Matador” o “Tacones lejanos”. Se convierte así en una “chica Almodóvar”, y le gusta serlo, porque cuando va por el mundo la gente la conoce gracias a sus películas con el manchego. 

A parte de ella, las demás “chicas Almodóvar” eran Carmen Maura, Chus Lampreave, Rossy de Palma, Loles León, etc. Un calificativo usado para describir a estas mujeres, definidas por Elvira Lindo  como “originales, de libertad extrema, sinceras, faltas de prejuicios, temerarias, apasionadas, tozudas, irreflexivas y algo salvajes”.

Participa también en “La noche más hermosa” de Manuel Gutiérrez Aragón y en “Sé infiel y no mires con quién” de Fernando Trueba. Además comienza su andadura como presentadora de programas de televisión.

A principios de los noventa, se somete a una vaginoplastia en Londres. Ya se le permite cambiar el nombre en su DNI, convirtiéndose en Bibiana Manuela Fernández Chica. Tras muchos sinsabores, y tragos amargos, ha conseguido ser exactamente la persona que quería en todos los aspectos, mujer de éxito profesional y personal. Sin estridencias, con trabajo, constancia y humildad. Actriz de cine y teatro, cantante, presentadora de televisión, modelo, tertuliana, talentosa concursante de Masterchef Celebrity y de Supervivientes.

Actualmente continúa trabajando en televisión, en teatro y en las pelis que le van surgiendo. Sobre su situación en el presente comenta "Tengo la vida hecha. Mis perros son mi vida. Mis amigxs son mi vida. Mi trabajo es mi vida. Y todo lo que quería en algún momento lo he tenido".

Recientemente ha declarado, refiriéndose a los meses de confinamiento por la crisis sanitaria del coronavirus, “Llevo bien el confinamiento porque soy una mujer que está acostumbrada a él. Viví la infancia y la adolescencia, confinada en un cuerpo que no me pertenecía. Después viví confinada en un régimen que tampoco me entendía.”

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