"Te enseñaré a tocar la guitarra. Te contaré muchas historias. Cuando crezcas. Muchas. No sé por dónde empezar." Ellie

Aunque en tiempos de coronavirus nos pueda resultar muy cercana, esta historia empieza en 2013,  cuando se desata una pandemia en EEUU causada por una cepa del hongo Cordyceps, que infecta a humanos convirtiéndolos en criaturas caníbales, y, como pasa con cualquier zombie, se contagia al morder. En este momento, Joel, su hermano Tommy y su hija Sarah intentan huir para ponerse a salvo. Los acontecimientos se tuercen y Sarah acaba siendo brutalmente asesinada por un militar que cree que está infectada.

Unos veinte años después, nos encontramos en un mundo postapocalíptico, diezmado por el efecto de ese hongo, donde lxs supervivientes se agrupan en pequeños núcleos a modo de ciudades donde progresar y protegerse unxs a otrxs. Joel, que se ha hecho contrabandista, es elegido para llevar a Ellie, una adolescente huérfana, a otro de los grupos, conocido como Luciérnagas

Según transcurren los hechos, descubres que la importancia de Ellie para lxs Luciérnagas se basa en que es la única persona inmune al hongo. Fue mordida y no se infectó. Esto resulta y resultará una dura carga mental para Ellie. También el cariño entre Joel y Ellie va aumentando. Su viaje por todo el país y las duras experiencias vividas por ambxs, crean un vínculo entre ellxs como de padre e hija. Ellie, con su vitalidad y optimismo, llena el vacío que dejó la muerte de Sarah para Joel.

Tanto es así, que cuando llegan con lxs Luciérnagas, y le dicen a Joel que la única forma de aprovechar la inmunidad de Ellie para hacer la vacuna que salve a la humanidad, es mediante una operación que, seguramente, la matara, Joel decide huir con ella. Para lograrlo, mata a todos lxs Luciérnagas que se interponen en su camino. Entre ellxs al cirujano, el único científico capacitado para desarrollar la vacuna. El padre de Abby.

Abby es una joven luciérnaga  que, pese al mundo en el que le ha tocado vivir, es relativamente feliz. Hasta este momento, en el que matan a su padre y desarticulan el grupo en el que vivía. Lxs Luciérnagas prácticamente desaparecen. Abby se queda rota por dentro, obsesionada con vengar la muerte de su padre. A partir de aquí, solo quiere matar a Joel.

Joel miente a Ellie cuando despierta de la anestesia y se encuentran lejos del hospital, le dice que las pruebas habían revelado que no era posible crear una cura. Ellie no se queda conforme, pero creer a Joel es su única opción para seguir adelante.

Para lxs que no seáis gamers, estamos hablando de The Last of Us parte I, videojuego interesante de comentar por la interacción y empatía que se crea entre jugadora y personaje. Por el empoderamiento y el carisma de todas las mujeres que aparecen. Las relaciones no solo se crean entre lxs protagonistas del juego sino que traspasan la pantalla. 


La segunda parte de The Last of Us, transcurre unos cinco años después. Los papeles se han invertido, Ellie y Joel viven tranquilxs, dentro de lo que cabe, en una pseudociudad llamada Jackson, en la que se asientan porque estaba Tommy. 

Joel ha enseñado a tocar la guitarra y a nadar a Ellie, como le prometió años antes. Se ha interesado por sus gustos y aficiones. Todo como si realmente fuera su padre. Ambxs llevan una vida bastante normal en su comunidad. Estamos ante una Ellie endurecida, fuerte físicamente, pero con la personalidad alegre de siempre. Sin embargo, sigue buscando respuestas a lo que pasó en su encuentro con lxs Luciérnagas y, finalmente, Joel acaba contándole la verdad. Ella, que considera que con su muerte podría haber salvado a la humanidad, se enfada irreparablemente con Joel por no haber consentido que llevasen a cabo la operación. 

A partir de este momento se distancian, aunque el profundo cariño que se tienen es inevitable. Hasta el punto de que Ellie le dice que no cree que pueda perdonarle, pero que lo va a intentar. 

Desgraciadamente, no podrá hacerlo. Porque mientras tanto, una aún más endurecida y fuerte físicamente Abby, que vive en Seattle con un grupo llamado los Lobos, ha encontrado una pista que, ese mismo día, le lleva hasta Jackson, donde, casi por casualidad, se topa con Joel. Ellie no llega a tiempo de evitar su brutal muerte, pero sí de cruzar una última mirada con él. Instante en el Ellie suplica a Abby que pare, pero, aunque esta duda unos instantes, termina por matarlo.

Abby considera que ha sido suficiente, ha llevado a cabo su venganza y deja con vida a una Ellie destrozada. Ahora es ella la que queda rota por dentro, la que considera que no podrá seguir adelante con su vida hasta que mate a Abby y a lxs Lobos que la acompañaban. Se vuelven a intercambiar los papeles. Todos los traumas vividos por Ellie quedan concentrados en la figura de Abby. No es solo venganza, se trata de la sensación de que es la única forma de superar el no haber muerto por la sociedad y de perdonar a Joel. 

Ellie emprende un viaje a Seattle con Dina, una compañera de Jackson con la recientemente ha establecido una relación amorosa. Esta relación es la única que nos deja momentos de la humanidad que Ellie progresivamente va perdiendo. De la Ellie feliz.

Una vez llegan a Seattle y se van encontrando con integrantes de lxs Lobos, Ellie empieza a asesinarlos a sangre fría. Todo para encontrar a Abby, cegada por la ira y el odio. Pero también por la depresión y la ansiedad, como revela el constante temblor de sus manos. Ellie está en un continuo estado de shock. Ya no es la misma que en el primer juego cuando era la luz que Joel necesitaba, ahora ella es la oscuridad, ella es como el Joel que había perdido a su hija. Ella ha perdido a Joel.

Ellie solo consigue salir de este estado en el momento en el que Dina le confiesa que no se encuentra bien porque cree que está embarazada de su anterior relación, un compañero de Jackson que muere durante la historia. Aun así, por diversos motivos deciden quedarse y seguir buscando a Abby. 

Ellie continúa recopilando pistas, llegando incluso a torturar a compañerxs de Abby para que le informen de su paradero.


Paralelamente, Abby se encuentra en una encrucijada personal, cae mal al resto de Lobos por la brutalidad con la que mató a Joel y por sus polémicas decisiones. Solo tiene el apoyo de Owen, su novio de la adolescencia, que en ese momento va a ser padre junto con su pareja Mel, que, por razones obvias, también odia a Abby.

Curiosamente, a Ellie le cuesta tanto encontrar a Abby, porque esta tiene que emprender su propio viaje para localizar a un Owen que se esconde tras desertar de los Lobos. 

Ellie busca a Abby. Abby busca a Owen.

Durante el camino, Abby es capturada y ahorcada por una especie de secta religiosa, los Serafitas, ferviente enemiga de los Lobos en Seattle. Cuando está a punto de morir, dos serafitas rompen la cuerda y la salvan. Estxs son Yara y Lev, dos hermanxs apóstatas de la secta, que, a partir de este momento, se unirán a Abby en su camino. 

Más adelante, Yara terminará muriendo y el vínculo de Abby con Lev se estrecha, llegando incluso a recordar al de Ellie y Joel en el primer juego. Tanto es así que Lev ayuda a Abby a reencontrarse con su anterior yo, la que es “buena persona”.

Owen, Mel, Lev y Abby planean huir a Santa Bárbara, donde han oído que quedan algunxs Luciérnagas.

Tampoco será posible, pues Ellie consigue dar con Owen y Mel, a lxs que asesina  por no desvelarle el paradero de Abby. Tras matar a Mel, Ellie repara en su embarazo, lo que le causa una enorme crisis de ansiedad al relacionarlo con el embarazo de Dina. Es quizá en este momento cuando Ellie toca fondo.

Abby  encuentra  los cadáveres de sus compañerxs, y va con Lev en busca de Ellie. Cuando consigue dar con ella se enzarzan en una dura pelea en la que Abby acaba tomando ventaja.  Entonces interviene Dina para salvar a Ellie. A su vez, Lev salva a Abby. Y cuando las va a matar, Ellie le dice que Dina está embarazada, gran paradoja para Abby, pues Ellie mató a Mel en ese mismo estado. Pero en este momento, Lev le recuerda a Abby que ella ya no es sí. Por lo que Abby las perdona la vida. Considera que así han quedado en tablas.

Así, Abby y Lev ponen rumbo a Santa Bárbara, lxs dos solxs. Qué remedio.

También nace el bebé de Dina, y empieza un corto y dulce periodo de relativa calma para todxs.

Ellie, Dina y el bebé viven muy felices en una casa cerca de Jackson. Pese a ello, Ellie se encuentra traumatizada por todo lo vivido, apenas come ni duerme, pero está relativamente bien gracias a la familia que han formado. Hasta que un día llega Tommy, el hermano de Joel,  y le recuerda bruscamente su promesa de vengar la muerte de Joel. En principio, parece que Ellie va priorizar su nueva vida, pero finalmente las pesadillas y las duras palabras de Tommy hacen que se reanude su sed de venganza, hasta el punto de que es capaz de dejar a Dina y al bebé patata, para matar a Abby. Se encuentra más fuera de sí que nunca. Ya tocó fondo y ahora se reboza en él.

Cuando Ellie consigue llegar a Santa Bárbara,  un grupo de allí, los Víboras, ha capturado a Abby y a Lev. Paradójicamente, lxs salva, encontrándoselxs en un estado físico deplorable de debilidad e inanición, prácticamente como el de ella misma. Parece que Ellie se apiada de ellxs, que les va a dejar huir con vida, pero le vienen  a la cabeza las crudas imágenes de la muerte de Joel, y empieza una cruenta, a la par que patética, lucha entre nuestras dos protagonistas.

Cuando Ellie por fin va a matar a Abby, recuerda un momento feliz con Joel, y se da cuenta de que matar a Abby no solucionará nada, que es precisamente no consumar la venganza  lo único que le permitirá vivir en paz. Así que deja huir a Abby con Lev, quedando ella desolada, luchando por encontrarle un sentido a su vida.

Ellie recupera su humanidad en el último momento, Recuerda que es “buena”, la heroína del videojuego, la inocente adolescente, no la villana en la que se estaba convirtiendo. 

Hay un flashback final con Joel, a modo de reconciliación. Y una última escena en la que toca su canción con Joel a la guitarra. 


Todo queda en el aire, pero parece que Abby y Lev encuentran un reducto de los Luciérnagas con los que vivir.

Es una contraposición, Abby y Ellie, las enemigas irreconciliables, viven la misma historia desde sus respectivos puntos de vista. Historia que ellas no han elegido vivir, solo se han dejado llevar por los acontecimientos. Abby pasa de estar corrompida por el odio y se va encontrando con su mejor y más ética versión. Ellie totalmente lo contrario, su peor versión va en aumento hasta la escena final. Ellie consigue lo que no consiguió Abby con Joel, saber cuándo parar.

“Ellie es uno de esos personajes que le dan sentido a jugar a videojuegos de Aventuras. Es el personaje perfecto, porque es interesante y genial de manejar. Su historia tiene fuerza y, ya en TLOU II, se ve una persona con una evolución coherente, con las habilidades que ha aprendido de su "padre" en los últimos 5 años, con un carácter marcado por la historia del primer juego, tanto por la que nosotrxs pudimos jugar como por la parte que nos perdimos y se nos cuenta en forma de flashback. Todo ello le confiere una personalidad brutal, en el sentido metafórico y en el sentido literal de la palabra, teniendo en cuenta que, en medio de un apocalípsis zombie, abandona la seguridad del refugio para ir en busca de lxs asesinxs de Joel, algo que a simple vista puede parecer una decisión equivocada, pero que en su frágil estado mental y, sobre todo en la ambientación del videojuego sí que tiene sentido.

Después de toda la historia sucedida en TLOU II es evidente que ha habido una nueva evolución, viendo la capacidad de perdonar que ha acabado adquiriendo a lo largo de todo el juego. Esa capacidad de perdonar, curiosamente, la aprende también gracias a Joel, o más bien debido a él. Si puede perdonar a la persona que evitó que se creara una cura para la infección y ha podido entender los motivos por los que lo hizo, también puede perdonar a la persona que lo mató y entender sus motivos. Para mí tiene todo el sentido.” Comenta un asiduo jugador de videojuegos.


Comentarios