"Se me conoce como una chica feliz, risueña y enérgica. Pero últimamente me he sentido rota. Ya no tengo miedo de contar mi historia." Simone Biles.

En ese cuerpo menudo de 1,42 m de altura y 47 kg de peso, vive nuestra gigante protagonista. Que no lo ha tenido nada, pero que nada, fácil hasta llegar a ser considerada como una de las mejores gimnastas de todos los tiempos.


La afroamericana Simone Biles nació en Ohio en 1997, hija de una mujer alcohólica y drogadicta y un hombre toxicómano, quien pronto les abandona, por lo que Simone no conoce a su padre.  Vivió en ese hogar desestructurado hasta los tres años, cuando las autoridades decidieron internarla en un orfanato junto con sus hermanxs. Serán sus abuelxs maternxs lxs que lxs sacarán de allí y lxs llevarán a vivir con ellxs.

En 2003  tuvo una excursión a un centro de gimnasia, quedando fascinada por ese deporte. Estaba imitando a lxs gimnastas que estaban practicando, cuando una entrenadora se fijó en ella, percibiendo todas las cualidades innatas en la niña. Tanto es así que le dijo a sus abuelxs que la llevasen a clases de gimnasia.

La gimnasia artística es una modalidad olímpica que consta de los siguientes ejercicios: Barras asimétricas, barra de equilibrio, ejercicio en suelo y salto de potro.

Empezó  tomar clases particulares en sus ratos libres, quedando más y más enganchada hasta decidir que lo mejor sería abandonar el instituto y estudiar en casa para tener más tiempo que dedicar a entrenar.  Aimee Borman, será su entrenadora hasta hoy.

Se inició en la competición en 2011 en la categoría junior, participando en las cuatro categorías de gimnasia y logrando resultados brillantes en todas y cada una. A partir de ahí la empezaron a seleccionar para el equipo nacional.  Sus triples saltos mortales, su perfección de movimientos en el aire y sus ejercicios imposibles en suelo, conseguidos durante muchos e interminables entrenamientos,  le llevan a seguir creciendo deportivamente y cosechando éxitos y medallas, tanto a nivel individual como en equipo.


A sus 23 años tiene a sus espaldas 19 campeonatos del mundo y 25 medallas, que le otorgan el merecidísimo honor de ser actualmente la gimnasta más premiada de todos los tiempos (tanto en categoría femenina como masculina).


A pesar de tantos y tan merecidos éxitos,  su carrera profesional no ha sido todo lo feliz que podría parecer. Pese a rozar la perfección constantemente en sus ejercicios, ¿con qué era recompensada?, pues al menos entre 2012 y 2015 ha recibido abusos sexuales por parte Larry Nassar, osteópata de la USA Gymnastics. Simone no fue la primera, las gimnastas recibieron estos abusos desde muchos años atrás. Las chicas se lo comentaban a sus entrenadores, que miraban para otro lado. No se atrevían a denunciar por miedo a las consecuencias en su carrera “Teníamos que hacer lo que nos pidieran porque ellos elegían al equipo olímpico”. De hecho, Maggie Nichols, compañera de Biles, decidió en 2015 poner en conocimiento de la Federación los abusos del médico, y la dejaron fuera de las olimpiadas de Río de Janeiro. Hasta que Rachel Denhollander se decidió a denunciar ante los Tribunales. Desde ese momento cientos de chicas han declarado en  contra de Nassar. No ha sido fácil. “Esto es como si volvieran a abusar de ti”. Larry Nassar está ya cumpliendo sus 60 años de condena por abuso de menores, que seguramente pasen a ser cadena perpetua, por poseer pornografía infantil. Además tiene pendientes más cargos relacionados con haber abusado de más de 250 gimnastas.

Este escándalo ha servido para que atletas, de todas las disciplinas y de todo el mundo, denuncien abusos similares de sus propios entrenadores. Hace pocos días, han sido las gimnastas británicas las que han denunciado abusos de sus entrenadores durante años.

Todavía quedan muchas preguntas y responsabilidades que depurar. De hecho, la propia  Simone Biles presentó una demanda en 2018 contra el Comité Olímpico y Paralímpico de USA para que se investigase por qué se consintieron esos abusos y quiénes son los responsables. Se acusa  a los máximos organismos deportivos de EEUU de no escuchar a las atletas y de preocuparse más de los beneficios económicos que de las gimnastas. Igual de culpables. Violencia machista institucional.

"Se me conoce como una chica feliz, risueña y enérgica. Pero últimamente me he sentido rota y cuanto más intento apagar la voz en mi cabeza, más fuerte grita. Ya no tengo miedo de contar mi historia. Durante demasiado tiempo me he preguntado a mí misma '¿Fui demasiado ingenua? ¿Fue culpa mía?' Ahora sé la respuesta a esas preguntas. No. No, no fue culpa mía. No, no voy a cargar con la culpa de Larry Nassar, la USAG y otros”

Recientemente Biles también ha opinado sobre el asesinato de George Floyd en mayo de 2020 en Mineápolis a manos de un policía estadounidense, sobre los abusos racistas de los cuerpos policiales y demás instituciones, cuyas imágenes han tenido repercusión mundial y han generado una ola de manifestaciones en todo el mundo en contra de esta violencia xenófoba. “Parece mentira que tengan que morir para que la gente escuche a lxs afroamericanxs”. Más violencia institucional.

 


Comentarios

  1. ❤ otra historia de superación personal, otro acierto olímpico💪seguid asi, yo ya estoy esperando la próxima entrega, un besote😘

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    1. Muchas gracias! Así se gana motivación para seguir!

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