Se llama Milene Domingues. Nació
en Sao Paulo (Brasil) en 1979 y empezó a jugar al fútbol de
forma profesional a los 18 años en el SC Corinthians, equipo de su ciudad,
hasta su marcha a Europa en 2001. Volvió al acabar su
carrera cuando una lesión de rodilla le impidió seguir jugando.
En sus inicios le gustaba hacer
toques en los descansos de los partidos, lo que le llevó a entrar en el Guinness de los Récords.
Nada menos que 55.197 toques seguidos en 9 horas y 6 minutos. Este
récord le cambió la vida. Muchas marcas publicitarias empezaron a
interesarse por ella y gracias a ello conoció al que después sería
su marido. Imposible no citarlo, aquel chico que se fijó en ella era Ronaldo,
uno de los mejores jugadores de fútbol de la historia. Así que se casaron en
1999 y tuvieron un hijo a los pocos meses. Desde entonces hasta que se separan
en 2003, los destinos de él serán
los de lxs tres.
Después de ser madre y ya con otras
prioridades, comenzó su andadura europea en el ASD Fiammamonza de Milán. Hizo
las pruebas porque quería entrar por méritos propios y no como “mujer de”. La
aceptaron, pero al principio de la temporada tuvo varias lesiones, y
cuando consiguió recuperar su mejor forma, su marido fichó por el Real Madrid,
así que ella y el niño también tuvieron
que trasladarse allí.
Vuelta a buscar equipo. Al
final ficha por el Rayo Vallecano,
pero resulta que en 2002 en la liga española los equipos femeninos no
podían tener jugadoras extranjeras. Milene llegó a un acuerdo con el
Fiammamonza que consistía en entrenar con el Rayo, y jugar los fines de semana
en Milán. A cambio, tuvo que ser imagen publicitaria de Dhul, empresa de Ruiz
Mateos, dueño del Rayo en ese momento.
Al año siguiente, la Federación Española cambió la normativa y la brasileña se convierte en la primera mujer extranjera de la Liga española. También participó en el Mundial de EEUU con la Selección de Brasil. Esa temporada se hizo unas fotos para la revista brasileña VIP, que parece que no sentaron muy bien a Teresa Rivero, presidenta del Rayo y madre de 13 hijos, que manifestó que no eran fotos propias de una buena madre. Y eso que a Milene le encantaba el Rayo solo por tener una mujer presidenta…
Por esta época, fue cuando nuestra
protagonista se separó de su
marido y “quería jugar, pero tenía que compaginarlo con ser madre y comentarista
deportiva”, así que estando el Rayo Vallecano en Primera División, se fue a un
equipo que le exigía menor grado de compromiso, el Torrejón CF, y cuando el
Torrejón subió a Primera, se fue al CF Pozuelo. El fútbol femenino apenas movía
dinero y en Primera división había que viajar más lejos, durante muchas horas
en el bus y Milene siempre tenía que llevarse al pequeño Ronald con ella.
Por ello, cuando también subió al Pozuelo a Primera, se planteó seriamente
dejar el fútbol, cosa que hizo en 2009,
tras la ya mencionada lesión de rodilla.
Una vez retirada, participó en una
edición de “Mira quién baila” y
ejerció de comentarista y colaboradora en diferentes medios de comunicación
españoles. Actualmente es embajadora del Corinthians y continúa siendo
comentarista deportiva en programas, podcasts y redes sociales, dedicando el
mismo tiempo a hablar de fútbol femenino que del masculino.
Es importante resaltar que puso al fútbol femenino español en los
medios, el deporte de hombres por excelencia, el opio del pueblo. Además de que
gracias a ella se empezaron a reforzar los equipos españoles con extranjeras, y
todxs sabemos que una liga no es de calidad hasta que no hay jugadoras de todo
el mundo queriendo ir a jugar en ella, cosa que ya se está empezando a
conseguir de manera notable.
Algunxs pensaréis que puede servir de ejemplo de lo que no hay
que hacer: subordinar tu carrera profesional a
la de otra persona. Seguirla, dejando tu progreso en un segundo plano, teniendo
que empezar de cero una y otra vez. Además, Milene era la única jugadora de sus
equipos que era madre, obligándose a jugar en Segunda
por problemas de conciliación.
Por favor, imaginaos a Ronaldo
dejando el Madrid para irse al Fuenlabrada en la mejor etapa de su
carrera, para
no viajar tanto y estar con su hijo. Por no decir que Milene no fichó por el
Atleti porque los representantes de Ronaldo consideraban que no daba buena
imagen que se fuera a un equipo con tanta rivalidad con el de su marido.
Al final, estamos hablando de una
jugadora que subió a todos sus equipos a Primera división y que fue con la Selección de Brasil. Podría haber llegado muchísimo más lejos si no hubiese hipotecado su
carrera por un hombre que ahora solo es el
padre de su hijo. Y, sin embargo, ella lo eligió así.
Pero quizá, por
todo esto, hoy pensamos antes en Marta que en Milene.
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